Si se tuviera que describir el patio de un colegio cualquiera, todas las descripciones incluirían las porterías y la canasta de baloncesto. Desde siempre, el fútbol ha colonizado las horas del recreo y ha restado espacio para desarrollar otro tipo de actividades como alternativa al deporte nacional. Es por ello que, a través de la Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de Castelló, se ha lanzado el proyecto Patios Coeducativos dirigido a colegios de educación primaria con el objetivo de todos los niños y niñas tengan su propio espacio. Los colegios Censal, El Pinar y Soler i Godes de Castelló ya tienen un patio de recreo coeducativo. Ahora, el AMPA del CEIP Herrero también ha solicitado unirse al plan.

Según explican desde la dirección del CEIP Enric Soler i Godes, el proyecto, bajo el nombre «La coeducación y el sexismo en el patio escolar», comenzó con una formación para el claustro de profesorado, por parte de una experta universitaria en coeducación. «Con la ayuda de esta experta, elaboramos un proyecto coeducativo que tiene como intención trabajar la coeducación en diferentes ámbitos de la escuela: formación del profesorado, intervención con las familias, revisión del lenguaje, intervención a el aula, revisión de materiales educativos e intervención en el patio escolar», explican.

Ha sido en este último ámbito, el de la intervención en el patio escolar, en el que se ha puesto más incidencia desde el claustro de docentes. El procedimiento a seguir fue, en primer lugar, de observación del patio, con el fin de extraer conclusiones sobre las dinámicas más comunes.

Después se hizo un cuestionario al alumnado para conocer sus intereses y, finalmente, se elaboró una propuesta de organización del espacio y el tiempo del patio escolar.

El objetivo principal de esta propuesta ha sido el de «considerar el patio como un espacio más de aprendizaje» que, por lo tanto, «debe ser intervenido para contrarrestar la socialización que proviene de fuera de la escuela». Es decir, «romper con las dinámicas anteriores que hacían que los niños tuvieran el monopolio del espacio y el tiempo, ocupando la mayoría del espacio jugando al fútbol, de manera que todo el alumnado tenga la oportunidad de disfrutar de todo el espacio del patio y de jugar a gran variedad de juegos y actividades que puedan dar alcance a la diversidad existente», apuntan desde la dirección del Soler i Godes.

Así, la propuesta de este colegio ha sido dividida por días. Cuatro días a la semana el alumnado tiene a su alcance material para juegos y actividades (cuerdas, gomas, bolos, chapas, pelotas, etc.) que pueden utilizar si quieren, y una parte del patio asignada. Cada ciclo puede jugar al fútbol en la pista principal dos días a la semana. Y, finalmente, el viernes es el día de juegos creativos, sin material, y también de música y baile (se pone música elegida por el alumnado y se realizan coreografías y baile libre).

Esta propuesta de patio escolar, sin embargo, solo es el inicio de un proyecto mucho más ambicioso por parte del centro, ya que desde hace unas semanas se han iniciado las obras de ampliación del patio, que permitirán tener un espacio muy más amplio y con muchas más propuestas educativas y de ocio: cinco zonas de tierra diferentes, árboles, un huerto, plantas aromáticas, etc.

«Espacios donde todo el centro tendrá la oportunidad de acercarse más a la naturaleza y donde habrá propuestas para llegar a toda la diversidad existente en el centro», apostillan.

La Asociación de Madres y Padres (Ampa) del colegio Herrero de Castelló quieren sumarse a este proyecto y así lo han propuesto ya en varias ocasiones en las reuniones periódicas que mantienen con la dirección del centro y en las reuniones del Consejo Escolar. Actualmente, el patio del Herrero es prácticamente una mole de cemento y sin apenas colorido. Es por eso que desde el Ampa urgen un proyecto que «alegre» la zona de recreo.

La propuesta del Ampa es que el patio sea un momento de juego pero también donde se pueden aprender juegos nuevos y donde puedan jugar «todos y todas». «Que el fútbol no sea el que monopolice el juego de los niños y el espacio de ocio de la escuela cada día», señalan. Todavía no saben qué juegos se podrían incluir, pero se baraja un tres en raya, algún juego de seguir circuitos y un rayuela, entre otros.

En definitiva, todas las propuestas persiguen acabar con la imagen de un patio escolar en el que unos niños juegan a fútbol mientras otros, al fondo, están sentados en círculo, porque no encuentran un espacio en el que poder disfrutar de los juegos que les gustaría. Una aparente «normalidad» que se tendrá que estudiar y evaluar para cambiar cualquier viso sexista en el uso de este espacio, que también ha de ser educativo.