Ángel Belinchón compagina la traducción con la música y asegura sentirse privilegiado. «Afortunadamente hago lo que quiero y lo que me gusta». Dry River, que se autodefine como «grupo de rock ecléctico», es su principal apuesta musical. Empezaron con versiones de grandes del rock, como Queen, Deep Purple, Asfalto o Barón Rojo, pero dieron un puñetazo sobre la mesa al lanzarse a la producción de sus propios temas. En 2011 publicaron «El circo de la tierra» y en 2014 «Quien tenga algo que decir, que calle para siempre». Ahora, para este mismo 2017 tienen preparado su tercer trabajo, que Belinchón define como «un milagro» porque «preparar un disco te exprime y, la verdad, nos gusta complicarnos la vida». El primero lo lanzaron con mucha ilusión, el segundo con grandes mejoras en el sonido y en la técnica «y en este tercero «damos un paso hacia la excelencia». De lo que se trata es de conseguir un producto «que nos llene, porque la recompensa es hacer algo brillante, más allá de buscar la rentabilidad».

Junto a Belinchón están Pedro Corral, Martí Bellmunt, David Mascaró, Matías Orero y Carlos Álvarez, que es «el motor que pone orden a todo». A su lado, dos actores que sueñen acompañarles en sus singulares espectáculos, Marc Escrig y Fanfi García, porque sus conciertos, y así lo demostraron en las pasadas fiestas de la Magdalena, son pura adrenalina.