El colegio de veterinarios de Castelló ha lanzado, por primera vez, en colaboración con la conselleria de Medio Ambiente, una campaña para alertar a los propietarios de los perros sobre los peligros de la procesionaria del pino. A través de un tríptico, que también distribuyen las clínicas de profesionales de Valencia y Alicante, Covetcas incide en la amenaza que supone para los canes las orugas del lepidóptero, con pelos urticantes que incluso pueden llegar a provocar la muerte en caso de ingestión.

La campaña, impulsada desde hace unos meses, coincidiendo con el ciclo biológico de la mariposa, persuade a los dueños respecto a los riesgos que entraña pasear con la mascota en pinares repletos de bolsones. Por ello, aconseja tomar las máximas precauciones. Más cuando, como explica el portavoz del colegio de veterinarios de Castelló, Luis Miguel Gargallo, «los síntomas en los perros no se aprecian tan rápidamente como en las personas. Hasta que no observamos un comportamiento extraño en casa no somos conscientes que ha podido estar en contacto con la procesionaria».

Y es en este punto cuando los daños pueden resultar irreversibles. «Las reacciones van desde necrosis en la lengua, perdiendo parte de ella, hasta incluso la muerte», precisa Gargallo.

El impreso informativo remarca cuatro aspectos muy concretos, que ayudan a los propietarios a actuar con criterio. Además de recordar que la oruga puede afectar a cualquier parte del cuerpo del can, especialmente la zona bucal, subraya la fatalidad que conlleva que la mascota olfatee, mastique o trague el gusano. Si se advierte un comportamiento irregular, con una afección en la lengua, se aconseja «lavar inmediatamente la zona afectada con suero o agua bicarbonatada, sin frotar», recoge el folleto.

La campaña surge después de constatar el pasado año numerosos casos de infección, lo que desencadenó en una reunión de urgencia con técnicos de la conselleria de Medio Ambiente para buscar una solución.

«Nos explicaron que la procesionaria tiene ciclos de entre 8 y 10 años, con picos altos, que casualmente se están dando ahora y en 2016. Por este motivo se consensuó poner en marcha por primera vez una campaña informativa», señala Gargallo.

Desde Covetcas se considera primordial que los dueños de las mascotas tomen conciencia del peligro de la procesionaria, que no sólo afecta a los perros sino también a las personas, con reacciones alérgicas severas. «La gente no debe bajar la guardia con estos temas», puntualiza Gargallo.

En este contexto, recuerda que con el incremento de las temperaturas poblaciones parasitarias y dañinas, como las garrapatas, mosquitos de la Leishmania o pulgas, se disparan de manera importante. «La gente no debe dejar de acudir a su veterinario. Hemos notado un descenso de visitas con la crisis y, cuando empiezan a surgir los problemas, parece que hay más plaga, cuando lo que ha ocurrido es que no se han tomado antes las medidas adecuadas», en alusión a las típicas pipetas y a los collares. «Si un producto vale mucho menos, su efecto será menor. Por eso recomendamos siempre consultar con un profesional», concluye.