La Diputación de Castelló y la Empresa Pública de Saneamiento de Aguas Residuales de la Comunidad Valenciana han iniciado los contactos para explorar la posibilidad de que la antigua planta de purines situada en Vall d'Alba acoga el tratamiento de los lodos de las depuradoras, que gestiona la entidad en la provincia de Castelló.

Se trata de unas negociaciones que están en una fase inicial y en la que se están analizando los posibles escenarios, según apuntaron fuentes de la conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural.

En este sentido, tanto desde la EPSAR como desde la Diputación de Castelló han querido ser muy cautelosos porque se trata tan solo de una posibilidad, aunque en un principio a ambas entidades les parece una ubicación correcta.

En el caso de la Diputación de Castelló, desde hace tres años y medio se está intentando dar un uso a estas instalaciones, que formaban parte de un proyecto de cinco plantas repartidas por la provincia, que finalmente fue ineficiente y que tuvo un coste de 19,1 millones de euros, financiado con fondos europeos y de la propia diputación.

En este periodo, el principal escollo ha sido la regularización administrativa de la planta, extremo para el que la diputación ha tenido que recurrir a una firma de abogados especializada y que finalmente ha conseguido inscribir la planta de forma correcta en el registro.

Más allá de los trámites administrativos, la calificación del suelo en el que se encuentra la planta también podría complicar el escenario. La alcaldesa de Vall d'Alba, Marta Barrachina, manifestó este jueves que, por el momento, no ha habido contactos formales para explorar las posibilidades de dar un nuevo uso a la planta y emplazó, en cualquier caso, a conocer el detalle de la desafección del terreno en el Plan General de Ordenación Urbana que acometió el municipio en 2012 y conocer los pormenores del proyecto en una reunión formal.

Cabe recordar en este punto que la propia conselleria de Medio Ambiente sugirió al consistorio que la planta de tratamiento de purines no era compatible con el desarrollo de el PAI Mas de Lluna y el Ayuntamiento de Vall d'Alba decidió en 2012 cambiar el uso del suelo para poder llevar a cabo el desarrollo urbanístico.

Además, cuando ofrecía servicio, el tratamiento de purines no ocupaba el 100% de las instalaciones, que ocupan una extensión global de 40.000 metros cuadrados de superficie. En cuanto a las naves construidas, el proyecto de construcción contemplaba una nave para materias primas de 1.500 metros cuadrados, una nave de fermentación de 2.100 m2, una nave de maduración de 10.800 m2 y una nave reservada para el producto acabado de 1.200 metros cuadrados. Así mismo, el total de la superficie contemplaba un pozo de recepción de purines con capacidad para 20 metros cúbicos y cinco balsas para homogeneización, anaerobia, desgasificación, aireación y para albergar stock líquido clarificado, con una capacidad global de más de 5.000 metros cúbicos.

Desde su 'rescate' en 2014, la Diputación de Castelló ha estado buscando un uso alternativo, que en un principio versaba sobre la reconversión industrial de las instalaciones para albergar otro tipo de empresas. No obstante, y debido en parte a los problemas administrativos, dicha reconversión no se ha podido llevar a cabo hasta la fecha a pesar de que el coste de recuperación de la planta se situó cerca de los 550.000 euros.

Más allá, la situación de las cinco plantas de purines del proyecto inicial de la diputación ha vuelto esta semana a la actualidad. El diputado socialista Santiago Pérez trasladó al director general de Agricultura las reivindicaciones de los ganaderos por la planta de Todolella, mientras que el diputado de Castelló en Moviment, Iñaki Vallejo, insinuó la petición de una comisión de investigación para averiguar el cobro del IBI de las plantas.