En su segundo partido con el primer equipo, el portero juvenil Iván Vallés se convirtió ayer en el gran héroe del ascenso del Ontinyent a Segunda División B. El equipo del Clariano selló ayer su regreso a la categoría de bronce del fútbol español después de una final de promoción sufrida y con mucho suspense, resuelta en una emocionante tanda de penaltis en la que los guantes de Iván Vallés fueron decisivos.

Antes de eso, el equipo de Miguel Ángel Mullor vio, desde el principio del partido, cómo el filial del Alavés no se resignaba a pelear por el ascenso. Pese a la victoria del Ontinyent en la ida por un claro 3-0, los vascos recortaron distancias en la primera parte. Se llegó al descanso con un 2-0 que dejaba la final en el aire, con los futbolistas de la Vall d'Albaida incapaces de frenar la avalancha blanquiazul. Todo se complicó más todavía en el último minuto del primer acto con la expulsión del delantero Cristo.

Con uno más, el Alavés B se volcó en busca del tercero y de la igualada de la eliminatoria en la segunda parte. El tanto llegó a falta de 13 minutos para el final.

Antes de la prórroga el jugador local Llamas vio la roja y las fuerzas se nivelaron, pese a que la euforia que se respiraba en Ibaia favorecía al cuadro local.

Aún así, el Ontinyent, más entero físicamente, fue el que tuvo mejores oportunidades en la prórroga, con el Alavés B mucho más cansado. El tanto no llegó y Fuentes fue expulsado, por lo que el ascenso tuvo que decidirse desde los once metros.

Allí estaba el juvenil Iván Vallés, con solo 19 años y dos partidos con el primer equipo. El joven guardameta detuvo dos penaltis y Soler certificó el ascenso para los del Clariano con el cuarto gol de la tanda. El Ontinyent ya es de Segunda B.