En un año sin Mundial, sin Copa América y sin Eurocopa, el Villarreal igualmente ha dejado huella en el verano de selecciones. Dos piezas del centro del campo han aprovechado para revalorizarse. El madrileño Rodrigo Hernández llegó de rebote a la Eurocopa sub-21, donde ha aprovechado los minutos en su rol de suplente y acelerado los movimientos para blindar su contrato. El mexicano Jonathan Dos Santos, por su parte, ha dado en la Copa Confederaciones un paso que puede ser vital en su carrera. Ha crecido en la jerarquía de la siempre convulsa selección mexicana, confirmando que ha enderezado su trayectoria, alcanzando la madurez en el Villarreal de Fran Escribá.

México perdió la semifinal con Alemania, pero Jonathan, que cumplió 27 años en abril, escapó de manera definitiva del sambenito de promesa fallida. Como su hermano fue talento precoz en el Barcelona, pero a diferencia de él se ha afianzado en el fútbol europeo.

Con México se ha sacado una espina. Cuando era un adolescente, con 19 años, se quedó fuera del Mundial a última hora, en una polémica decisión de Javier Aguirre, cuyos ecos sonaron durante mucho tiempo. En 2011, el pequeño de los Dos Santos protagonizó otro polémico incidente: fue expulsado de la concentración previa a la Copa América 2011 por contratar, junto a otros compañeros, los servicios de prostitutas.

De ahí salió malparado Jonathan: se quedó fuera del éxito olímpico de 2012, y pasaron los años sin que cuajara, huérfano de continuidad, en el Barcelona. Así llegó al Villlarreal como el hermano de, pero ahora lo ha adelantado. Consolidado en el once de México, protagonista por fin en una gran cita.

Dos Santos ya parece un veterano en el contraste con la proyección de Rodri. Acudió el madrileño a la Eurocopa sub21 en sustitución del lesionado Grimaldo, y se ha acoplado a su rol. Aprovechó la rápida clasificación para brillar en el último partido de la frase de grupos. Puesto en el escaparate, el Villarreal pretende conseguir una renovación que persigue desde hace meses.