Hay un pasillo en la Ciudad de la Justicia de Castelló que siempre es un termómetro fiable para analizar del flujo de actividad de la instalación durante el año. Está situado en la planta baja, en una ubicación opuesta al vestíbulo principal, en la que se ubican las puertas de acceso, el mostrador de Recepción, el Registro Civil y la cafetería.

En ese pasillo, oscuro, alargado y ruidoso, usualmente se dan cita testigos, familiares, acusados, víctimas, abogados, funcionarios, policías, periodistas, trabajadores de servicios... El ir y venir de gente es continuo y el ruido se parece a cualquier pasillo ajetreado de un edificio administrativo en España. Ninguna novedad. Todos ellos atienden a sus casos particulares, que en la mayoría de ocasiones son los juicios de carácter ordinario que se celebran en las salas dispuestas para ello y, en consecuencia, el bullicio es considerable casi cada día.

Este martes 8 de agosto, sin embargo, hasta el interior una de las salas se filtraba con total claridad un silbido acompasado y las notas reiterativas de Despacito. Sí, el veneno también ha llegado a la justicia. A consecuencia de ello, dos agentes de policía de custodiaban al reo que estaba siendo juzgado en la sala intercambiaron una sonrisa cómplice al son de las notas. Y es que, a pesar de ser agosto, la justicia no se detiene.

Para la mayoría de órganos judiciales, el mes de agosto es inhábil. De hecho, las notificaciones y los plazos no transcurren en este mes. Veinte días para presentar un recurso de una notificación hecha el 28 de julio, se alargan hasta casi mediados de septiembre. No se dan citas para diligencias de investigación y tampoco se programan juicios de faltas ni de audiencias.De hecho, algunos bufetes castellonenses envían a sus listas de contactos avisos sobre la inactividad en agosto.

No obstante, no todo está paralizado. El hecho de que agosto sea inhábil no afecta al derecho laboral y los plazos para la tramitación de recursos por despidos sí que concurren.

Así mismo, el turno de oficio sigue su actividad normal, como el resto del año, aunque el hecho de que no haya tramitaciones ni diligencias de investigación minora la actividad.

Los funcionarios, de hecho, aprovechan el mes de agosto para adelantar tramitaciones y saturan de notificaciones los buzones de correo de los abogados, que tendrán que lidiar con ellas a principios de septiembre.