Himno, tifo, banderas de la ilusión y papelitos voladores al viento. Castalia se puso guapa para abrazar al Castellón en su estreno como local esta temporada. La afición empujó al equipo y el equipo replicó desde el primer instante con entusiasmo, ambición y compromiso, pero con falta de gol. El avasallador caudal de juego inicial de los albinegros no se tradujo en el 1-0 hasta la última jugada del primer tiempo, cuando Javi Rubio estampó con rabia la pelota a la red, algo que se repitió en la segunda parte tras el empate inesperado y madrugador del Buñol. Dos goles postreros de Cubillas, en el 85 a pase de Zarzo y en el 93 tras dejada de Marenyà, aseguraron el 3-1 orellut justo cuando el triunfo peligraba de veras. Sirva el apuro como aviso: se atravesó el verano al sprint y el ascenso es una carrera de fondo.

El Castellón comienza el campeonato a la altura de las expectativas, con seis de seis en puntos y dos de dos en victorias, líder en solitario: alimento para los indecisos, gasolina para los fieles.

Para empezar, ayer, el día que el descartado Jesús López volvía con el Buñol caía enfermo Kike Ferreres. La posición de lateral izquierdo es la única sin réplica en toda la plantilla. A veces Don Fútbol gasta esas bromas. Frank Castelló recurrió a una variante utilizada en pretemporada: tres centrales y dos carrileros largos, obligando a un esfuerzo monumental a Serra y Juanjo. En el bando contrario Jesús tuvo el 1-2 en el minuto 77. Otro exalbinegro, el gigante Fabiani, rozó el empate de tijera en el 90. Los dos remataron fuera: a veces Don Fútbol aprieta pero no ahoga.

Don Fútbol también puso a prueba las convicciones del Castellón, que amasó un volumen importante de llegadas sin gol, un peligro siempre para la paciencia y el control. El equipo de Frank alcanzó en la primera mitad un punto idóneo de equilibro entre la emoción y el libreto. Llegó por dentro y por fuera, por alto y por bajo, desbordando y trenzando, en transición y en jugada mascada. Dañó incluso a balón parado, pero Coronado fue un coloso bajo el marco visitante.

En el minuto 3 un tiro al palo de Zarzo encendió la mecha. No se apagó hasta el mentado gol de Rubio al filo del descanso. Entre medias, un larguísimo recuento de ocasiones. Es un datazo: excepto el central Dealbert y el portero Zagalá todos tuvieron su oportunidad durante el primer tiempo.

La pugna

Si el Castellón desplegó sus armas sobre el tapate, el Buñol se cubrió con las suyas de manera lícita. Los visitantes minaron el campo a patadas. Es otro datazo: excepto el central Dealbert y el portero Zagalá, todos tuvieron su golpe durante el primer tiempo.

Al Buñol lo sostuvo un espectacular Coronado. Después creció con el 1-1, una definición cruzada de Del Moral en el minuto 49, que cogió desprevenida a la zaga local. El partido se le enredó al Castellón, que perdió fluidez y ganó precipitación. Las conducciones reemplazaron a los pases, llegaron las pérdidas y el juego se deslavazó. Pero Frank Castelló maneja este año un sugerente fondo de armario. La energía de Marenyà y Nico Pascual-Leone, listos desde el banquillo, arrastró al equipo en el tramo final. Tras una sucesión de centros al área, el Castellón se agazapó para el zarpazo. Zarzo arrancó la carrera y se relanzó en la combinación con Nico: condujo, fijó, pausó y encontró el hueco para plantar a Cubillas, el nueve, ante la hora de la verdad. Ahí el delantero demostró la pasta de la que está hecho: clavó la maniobra del control y el disparo para agitar Castalia con el 2-1. Era el minuto 85 y el gol valía una fiesta. El propio Cubillas la adornó en el 92 con el lazo del tercero.