La derrota del Castellón ante el Almazora ha levantado una polvareda múltiple. Las críticas señalan al banquillo, básicamente por las rotaciones y los cambios de sistema utilizados en las cuatro primeras jornadas. A Frank Castelló le envuelven las primeras dudas en su segunda etapa como entrenador del Castellón. Sin embargo, lo de ahora no es nada comparado con el curso pasado. Frank perdió tres de los cuatros primeros partidos de Liga y a partir de ahí levantó al equipo, en un paisaje pleno de adversidades, para enlazar una racha de 16 jornadas sin derrota que rompió el presidente David Cruz el día de Nochevieja, con un improcedente despido.

En peores ha estado Frank, y de ellas ha salido. La temporada pasada fue en ese sentido una anomalía. En las tres anteriores los entrenadores fueron destituidos octubre. Ocurrió en la 2015-16 con Ramón María Calderé, en la décima jornada; en la 2014-15 con Joan Esteva, en la décima también: y en la 2013-14 con Jorge Peris, en la octava. El Castellón transcurre por su séptima temporada consecutiva en Tercera. Solo Pedro Fernández Cuesta aguantó una entera.

Esa inestabilidad ha sido tónica en la historia reciente del Club Deportivo. Frank Castelló sobrevivió el curso pasado durante meses en el alambre. Empezó ganando al Rayo Ibense (4-1), y encadenó tres dolorosas derrotas a continuación (Novelda, 0-1; Ontinyent, 3-0 y Segorbe, 1-0). No volvió a perder. Ganó el siguiente partido al Buñol (2-0) y comenzó una racha que salvó Marenyà con un gol en el descuento en Ibi (1-1), justo en la víspera de Navidad. Ya entonces Frank estaba en el punto de mira del presidente Cruz, ya que el entrenador se había posicionado en contra de los despidos de los futbolistas Arturo Navarro, Borja Gómez y Alberto Ramos. Desde entonces estuvo bajo lupa por parte del club, que aprovechó el parón liguero para echarlo. Sin argumentos deportivos, con el equipo sufriendo impagos pero asomando en la zona de privilegio, persiguiendo al líder Olímpic a la postre campeón, el presidente se despachó con un comunicado marca de la casa.

De vuelta

Ese injusto despido convirtió a Frank en mártir para la causa. En cada uno de los intentos del director general Jordi Bruixola de volver al club, Castelló era su entrenador elegido. A Frank, que prefirió morir de pie, se le negó la sala de prensa del estadio para despedirse. Entre lágrimas, en una cafetería cercana a Castalia, sintió el cariño de la afición y lanzó un deseo: que ese adiós fuera un hasta luego. Así ha sido.

La ausencia de ascenso y el cambio de gestores del pasado junio le dieron esa segunda oportunidad. Este año, además, su voz ha sido la principal a la hora de confeccionar la plantilla. El domingo en Crevillente tiene un examen bueno.