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Gente inquieta

Batalla Mora y Cristiana por la Ermitana de Peñíscola

Cada mes de septiembre, en la plaza de Armas de la localidad del Baix Maestrat, tienen lugar las representaciones del grupo a modo de clausura de los días más emblemáticos de las fiestas patronales

El Grupo Cultural «Dansa-Batalla de Moros i Cristians» forma parte de la historia viva de Peñíscola que, a día de hoy continúa trabajando por conservar la tradición y la costumbre local. Son aproximadamente 50 las personas que lo componen y que, verano tras verano, ensayan por las noches a ritmo de «dolçaina» y tambor la representación de la toma del castillo. Todas estas horas de esfuerzo se ven cristalizadas en las representaciones que ofrecen el día de la Natividad de la Virgen -8 de septiembre- y el Día de la Patrona -9 de septiembre-, así como el Día de los Mayores, que este año tuvo lugar el 11 de septiembre.

Durante estos dos primeros días grandes para los peñiscolanos, la Dansa-Batalla juega un papel fundamental. Tanto el ejército moruno como el cristiano se arman con sus espadas y bastones azules y blancos -bastonets- para honrar a la Virgen de Ermitana y seguir manteniendo la cultura local en el corazón de todos los vecinos y visitantes.

Aunque no se conoce la fecha exacta de los inicios de estas representaciones, las fuentes documentales apuntan a que tras la guerra civil ya existía una formación que danzaba imitando la conquista de la fortaleza por parte de los cristianos. Los bailes varían dependiendo del día. Por una parte, el día 8 corresponde a la victoria de los moros y a la toma por su parte del monumento. Sin embargo, es el día 9 cuando los cristianos «salen triunfadores» de la batalla ante sus enemigos y «por honor a la Virgen» conquistan la rocosa fortaleza templaria.

Durante las danzas históricas con la espada y el bastón se puede observar en los labios de los espectadores el diálogo de los protagonistas, pues es por todos conocido el recital de «Mañana será otro día, y probarás mi valor». El Director del Grupo desde hace 3 años, Juan Llaudís, explica que cuando él fue cristiano y debía recitar las palabras ante una abarrotada Plaza de Armas se olvidaba de la gente y se centraba en su Patrona. «Todo lo que hacemos es por ella, por honrar su fervor y por demostrar a nuestros mayores que la tradición sigue estando presente año tras año». Además, Llaudís apunta a que un elemento fundamental del Grupo es la transmisión de esta costumbre a los más pequeños, quienes danzan el Día de los Mayores para mostrar lo que han aprendido. Las loas a la Virgen, conocidas como albaes, es uno de los rasgos de identidad de esta peculiar formación, las cuales son recitadas también por los más jóvenes en la Plaza Santa María.

Torre humana

La clausura de las danzas consiste en crear, entre todos, una torre humana que sostiene al capitán cristiano. Este es el encargado de recitar a la Virgen unas emotivas palabras mientras todos los presentes «mantienen el silencio y contienen las lágrimas», explica la dama de este año, Andrea Luis.

Tras bailar y «pelear», cuando cae la noche del 9 de septiembre, los moros i cristians cogen sus espadas y comienzan a girar en espiral hasta quedar completamente juntos, de modo que forman una plataforma resistente a la que puede subirse el joven cristiano mirando hacia el Ermitorio situado justo encima de la Plaza de Armas. Este Grupo Cultural es el responsable de poner fin a las jornadas del 8 y 9 de septiembre en la plaza.

En cuanto a la corte de honor, la joven vecina de Peñíscola, Andrea Luis, es este año la encargada de portar la banda de representante del Grupo Cultural dentro de la Corte de Honor. En 2013, María Serrat, se convirtió en reina de las fiestas en nombre de la Dansa-Batalla, quien cedió el testigo el año siguiente a Carmen Albiol, la segunda dama con la que contó el grupo. En esta ocasión, Andrea, de 18 años, acompañada por uno de los componentes del bando moro, Carlos Roca, será quien represente durante todas las fiestas a los jóvenes peñiscolanos.

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