Dar una respuesta adecuada a situaciones de grave riesgo colectivo es el objetivo del Plan Territorial de Emergencias de Castelló (Platemcas), que se encuentra ya en periodo de exposición pública y que marca los puntos más calientes del municipio en lo que a posibles desastres se refieren y analiza las herramientas que existen para hacerles frente de la manera más eficaz. El plan hace un repaso global a todo tipo de riesgos, desde naturales a accidentes, aunque deja entrever que dos son las principales preocupaciones: las inundaciones a consecuencia de los periódicos episodios de lluvias torrenciales o posibles incidentes industriales, sobre todo en el distrito marítimo, por las empresas localizadas en el polígono del Serrallo o el propio puerto de Castelló.
El Platemcas, que incide en la fundamental coordinación con otras administraciones para la movilización de los recursos humanos y materiales que sean precisos, está definido para situaciones como graves accidentes industriales, fenómenos meteorológicos adversos, graves incendios urbanos, rescates y salvamentos, alertas de sequía , sanitarias... o graves accidentes en el transporte. También se apunta al apartado de «otras emergencias», en las que se sitúan hipótesis como caídas de aeronaves fuera de recinto aeroportuario, derrumbamiento de viviendas, grave accidente de transporte de viajeros o, por ejemplo, atentados terroristas.
El Platemcas analiza en un primer momento los riesgos, las características de la ciudad, los recursos y la forma de actuar. Además, deja patente que deberá ser revisado obligatoriamente cada seis años para su actualización.
El punto donde se presta más atención es el industrial, con ocho empresas que se sitúan en el denominado «umbral superior»: cinco están en el polígono del Serrallo (BP Oil, CHL, Iberdrola, Repsol Butano, UBE Chemical) y tres en el puerto (Colorobbia, Masol Iberia Biofuel y Quimgra. Con este mapa, se considera necesario definir las zonas de intervención y alerta para coordinar una actuación adecuada.
En cualquier caso, en el informe se recuerda que no ha habido accidentes de relevancia hasta la fecha. El incidente más relevante, curiosamente, se produjo hace casi un año, en concreto el 16 de noviembre de 2016, con un accidente químico en un buque atracado en la Dársena Sur del puerto que produjo una fuga de amoniaco durante la operación de descarga, lo que obligó a activar durante unas horas los Planes de Emergencia Exterior, pero sin mayores consecuencias.
El riesgo de inundaciones es otro de los que más preocupa. Castelló cuenta con zonas de peligro, situación derivada por «ríos con cauces insuficientes para la pluviometría, puentes que obstruyen el paso del agua o desaparición de barrancos debido a asentamientos urbanos e industriales. Además, las áreas con mayor riesgo de inundación son las de más concentración de población y actividad. Sí que se han hecho algunas obras durante los últimos años, como los encauzamientos del río Seco y del barranco de Fraga, o actuaciones en el barranco del Sol o la marjaleria, pero quedan otras pendientes, como el drenaje transversal del camino del Serradal. La historia municipal está plagada de grandes inundaciones durante siglos. Las más recientes se remontan a 1949, 1957,1962 -aquí se llegaron a recoger 271l/m2 en 36 horas-, 1969, 2000 y 2009. A las lluvias se unen además los temporales de viento, que en ocasiones ha soplado a más de 140 km/h, como en marzo de 2007, que provocó entre otros daños la caída de una noria.
