La directora del Hospital La Magdalena de Castelló, María Victoria Garrido, quien recientemente denegó la conciliación familiar a una de sus empleadas, ha sido ascendida a subdirectora general de inspección de la Conselleria de Sanidad Universal. Tal como han confirmado desde la Generalitat, Garrido sigue ejerciendo como directora del centro hospitalario castellonense y será la conselleria correspondiente quien avise cuando proceda a ocupar su nuevo cargo. El ascenso se produce apenas dos semanas después de que se supiera que la directora denegó una conciliación laboral a una administrativa. La medida fue rápidamente corregida y, al día siguiente de aparecer en los medios de comunicación, la empleada disfrutó de su nuevo horario.

En la dirección desde 2016

María Victoria Garrido ocupó la dirección del Hospital La Magdalena de Castelló a principios del año pasado después de que el centro hospitalario estuviera seise meses sin director. Después de las elecciones autonómicas y de que Ximo Puig fuera nombrado presidente del Consell tras pactar con Compromís, el antecesor de Garrido, Ramón Giménez, fue apartado del cargo de dirección que ostentaba desde el año 1996 (solo dejó el Hospital La Magdalena durante unos meses que ejerció como gerente del Hospital General de Castelló).

No obstante, tras el cese de Giménez, la vacante estuvo alrededor de seis meses sin cubrir hasta que pudieron traer a María Victoria Garrido, quien por entonces era médicos inspector del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS). La permanencia de Garrido en la dirección de La Magdalena ha sido relativamente corta, ya que no ha llegado a cumplir los dos años, y su estancia en el hospital no ha sido del todo satisfactoria, al menos, para los empleados, según fuentes consultadas por este periódico.

El caso más sonado fue el de una administrativa que pidió el desplazamiento de su jornada laboral para poder llevar a su hijo al colegio. En concreto, esta empleada, que trabajaba de 8.00 a 15.00 horas, solicitó empezar la jornada a las 9.00 horas (con lo que podría llevar al menor a la escuela) y recuperar dicha hora por la tarde, es decir, quedarse hasta las cuatro. La administrativa pidió este horario después de que no pudiera contar con la persona que, hasta ese momento, se encargaba de llevar a la criatura al centro educativo.

La respuesta de la directora fue desestimar la petición e instar a la empleada a que se acogiera a la reducción de la jornada, sin tener en cuenta el I Plan de Igualdad que contempla favorecer la conciliación de la vida personal, familiar y laboral con medidas como el desplazamiento del horario solicitado. No obstante, tras conocerse el caso públicamente, la dirección del hospital informó que retomaría en consideración la solicitud presentada por la administrativa e intentaría buscar una solución a su situación, atendiendo a la política del Consell de mejorar la conciliación de la vida familiar y laboral del personal público. La dificultad de atender el desplazamiento de jornada solicitado consistía, según argumentaron, en que el servicio en el que trabaja la citada administrativa finaliza su jornada a las 15.00 horas y queda cerrado con la finalidad de mejorar la eficiencia energética del edificio. Con todo, al día siguiente de que Garrido dijera que retomaría la propuesta, la empleada fue a trabajar con su nuevo horario.