A los padres siempre nos preocupa la rutina de sueño de nuestros hijos: ¿cuántas horas deben dormir?, ¿a qué hora hay que meterlos en la cama?, ¿deben dormir con nosotros o ellos solos?, ¿tenemos que atender su llanto o será contraproducente?... y así podríamos seguir un buen rato.

A cada edad nos surgen unas dudas, pero siempre tenemos incertidumbres. Dudas que son normales y adaptativas. El problema surge cuando necesitamos de una técnica desarrollada a modo de libro de instrucciones en la que depositar nuestra confianza, puesto que no existe ninguna científicamente probada como la idónea. Lo que sí se han investigado son los efectos a largo plazo en problemas del sueño, nivel de estrés y problemas emocionales tras haber recibido una crianza más basada en el contacto y la atención del llanto nocturno, así como el colecho, frente a su antagónica. En estos estudios, lo que queda patente es que la práctica del colecho y atender las demandas del bebé facilitan tanto el descanso de todos los miembros de la casa, como los niveles de cortisol (hormona del estrés), las relaciones filio-parentales y la adecuación emocional de estos niños cuando pasan unos años.

La Academia Estadounidense de Pediatría aconseja que hasta los seis meses los bebés duerman en la misma habitación que los padres para reducir el riesgo del síndrome de muerte súbita del lactante.

Tengo que reconocer que, tanto como madre como psicóloga, estoy muy de acuerdo con las afirmaciones de Carlos González sobre este y muchos temas más sobre la crianza infantil. Con esto no quiero decir que haya practicado el colecho a conciencia de sus beneficios (de hecho, lo he realizado en contadas ocasiones y más por cansancio que por otros motivos...para dormir me molesta todo), sino que sigo su máxima de conocer los efectos reales de todas las posibilidades y llevar a la práctica aquella que más se adapte a las propias circunstancias y preferencias, pudiendo adoptar otra si no nos funciona o convence, sintiéndonos siempre cómodos con las decisiones tomadas y libres como padres a la hora de criar, educar y relacionarnos con nuestros pequeños.