Cuatro jóvenes emprendedores de Castelló presentaron ayer en el Menador el final del proyecto «Nadie sin su ración diaria» «Nadie sin su ración diaria»con el que se pretende ayudar a las personas sin hogar. Tal como avanzó Levante de Castelló, Kilian Zaragozá, Andrea Lorenzo, José Vicente Villarroig, ingenieros en diseño industrial, y Julen Díaz han impulsado una iniciativa con una fuerte base de conciencia social consistente en el diseño de un sistema de envasado de alimentos para comedores sociales con el fin de que las personas que acuden y, por falta de espacio, o cualquier otro motivo, no pueden quedarse, tengan igualmente su ración de comida.

No obstante, este envasado tiene una segunda vida. Una vez consumidos todos los alimentos del interior se transforma en un cuaderno que sirve de soporte o medio físico para que estas personas, que disponen de muy pocos recursos, «puedan expresarse, plasmar sus ideas, conocimientos, capacidades, darse a conocer o, simplemente, contar esas pequeñas cosas que llevan dentro y no pueden compartir con nadie», explicó ayer el impulsor de la idea, Kilian Zaragozá.

La idea es que el comedor social se encargue de recoger todos esos pequeños cuadernos y plasmar su contenido en una plataforma web donde cualquier interesado en la causa, o por simple curiosidad, pueda conocer de primera mano las historias de estas personas que viven en la calle y, por qué no, ofrecerles su ayuda o una solución a su problema. En síntesis, darle una nueva oportunidad.

El corto está grabado y dirigido en Castelló con la intención de ser difundido, también internacionalmente. Para ello, han contado con la colaboración de Julen Díaz. «Estamos buscando tener más repercusión y darnos a conocer, cualquier ayuda de promoción y difusión es bienvenida y agradecida, al principio es muy difícil y nos estamos moviendo en todas las vías posibles para conseguirlo», añade el director de «Nadie sin su ración diaria».

Los jóvenes emprendedores también han diseñado un canal de comunicación para dar a conocer el proyecto y han creado un corto de siete minutos en el que se relata la historia de una persona que vive en la calle y cómo gracias a este proyecto, su vida da un giro de 180 grados. Ayer también se pudo ver el corto íntegramente. Kilian Zaragozá explicó que, «normalmente, las personas que acuden a los comedores sociales, no cuentan con los recursos suficientes para tirar adelante de manera autónoma». Es por ello que este proyecto se ofrece para brindarles esa segunda oportunidad. «Nadie sin su ración diaria» todavía no está implantado en ningún comedor social pero confían en que pronto sea realidad.