El Villarreal escapó de la trampa a tiempo. El Málaga de Míchel le había tendido una encerrona de libro, intentando desquiciar a un equipo que caía una y otra en fuera de juego y que veía como los andaluces colmaban su paciencia con el otro fútbol. Pero los tantos de Sansone desmontóaron el plan de un rival con más fe que argumentos. Así se explica su situación en la tabla. Por su parte, el submarino afronta una semana sin competición asentado en la quinta plaza, enganchado a posiciones de Europa League, y con cuatro victorias dentro de una racha de cinco partidos de Liga sin perder.

Era un partido que se prestaba a enredarse. La primera mitad lo demostró a las claras. El Villarreal acumulaba el cansancio del esfuerzo europeo ante el Slavia Praga, arrastraba una lista de bajas que condicionaba el once y partía con la obligación de sumar un triunfo seguro ante el colista. Pero pronto se demostró que la tarea iba a ser ciclópea para superar a un Málaga revitalizado.

Sorprendió Calleja con la apuesta por Chuca en el once. Un claro toque de atención a Cheryshev. Pero el canterano, superado por la responsabilidad, apenas ofreció desborde y ruptura. Fue la perfecta metáfora del Villarreal del primer acto. El submarino era el que manejaba el timón del encuentro, pero naufragaba a partir de tres cuartos de campo. Los de Míchel habían armado un solvente entramado defensivo, al que sumaban trucos de perro viejo para entorpecer el ritmo y desqui-ciar lentamente a los delanteros amarillos.

Y es que Bacca y Bakambu, a pesar de los 14 goles logrados ya esta campaña entre ambos, aún atraviesan esa de lo que prometen ser, pero todavía no ha llegado. Conectan bien, se buscan y empizan a saberse de memoria, pero falta un nivel más para que el peligro fluya en cada jugada que elaboran. Ayer, se les marcharon los primeros 45 minutos con un tanto anulado a Bakambu por fuera de juego en el minuto 26. El bagaje ofensivo de los locales se completó con un disparo de Mario demasiado alto en el minuto 11, y una falta que se marchó por encima del travesaño de Chuca en el 22.

La incapacidad amarilla alimentó al Málaga. Sólido en defensa, a partir de la media hora se atrevió a salir de la cueva. Los andaluces son como esos cachorros que se atreven a dar su primeros pasos. Tienen la capacidad, pero les falta la confianza. Aún así, en el minuto 34, una jugada de Juankar por la izquierda finalizó en un centro al área. Lo desvió Víctor Ruiz a saque de esquina, ante la amenaza de Juanpi. Sólo cinco minutos más tarde, Keko Gontán penetró en el área sin oposición. Menos mal que apareció Bonera para encimarle y dejarle sin ángulo de disparo. Al final, el tiro del blanquiazul se marchó fuera.

El Málaga esperaba la ocasión para dar un zarpazo que completara la encerrona. Lo tuvo Recio, en el minuto 54, con un cabezazo dentro del área que Barbosa evitó que se convirtiera en gol. Por su parte, el Villarreal se estrellaba una y otra vez con el fuera de juego, y a gritos demandaba un cambio que variara el devenir del duelo.

Acierto con los cambios

Calleja dio con la tecla al apostar por Cheryshev y Sansone. Amvos aportaron la profundidad que necesitaba el equipo. El italiano sólo tardó cuatro minutos en desatascar el duelo. Todo empezó con un disparo desde la derecha de Mario que tocó en Baysee. Bacca recogió el esférico en la línea de fondo para encontrar a Sansone solo ante la puerta de Roberto. De cabeza, el ex del Sassuolo ponía en ventaja a los locales.

Ocho minutos más tarde, en e minuto 76, Sansone no desaprovechó un mano a mano con Roberto para sentenciar. Un pase en profundidad de Fornals lo persiguió hasta convertirlo en el 2-0. De ahí al final, el Málaga se desesperó sin sumar nada positivo, mientras los amarillos afianzan su progresión.