El Barcelona demostró ayer que también sabe sacar adelante los partidos que exigen solvencia y ante un Leganés valiente logró el triunfo de la mano de un inspirado Suárez (0-3).

Valverde puso en escena el mismo once que venció al Sevilla, con Alcácer acompañando en el ataque a Messi y Suárez. El Leganés, que encadenaba dos derrotas seguidas, situó a Amrabat como el principal referente ofensivo.

El Barcelona salió con ganas de hacerse con la posesión, pero poco peligro pudo crear en los primeros veinte minutos. En una jugada aislada nació el primer gol. Alcácer golpeó el balón dentro del área y el efecto desconcertó a Cuéllar, quien despejó como pudo y lo dejó muerto. Lo cazó Suárez, que puso por delante a los suyos y acabó con una racha de cinco partidos sin marcar.

Pese al revés, no se hundió el conjunto de Garitano, que siguió acercándose a la meta de Ter Stegen. El alemán tuvo que hacerse notar sacando una buena mano tras un disparo de Szymanowski.

Antes del descanso, Piqué vio la quinta amarilla al cometer una falta. Esta tarjeta le impedirá jugar el próximo domingo en Mestalla ante el Valencia, el principal perseguidor de los azulgrana.

En la segunda parte, Alcácer, con un cambio de ritmo, desmontó a la zaga local por una banda y lanzó un potente disparo que rechazó Cuéllar con apuros. Suárez lo aprovechó para llevar el balón a la red con un remate en escorzo que llegó a tocar Siovas.

Los locales reaccionaron faltos de acierto pero voluntariosos. Pudieron acortar distancias gracias a un remate de Beauvue que se perdió alto.

El que no perdonó fue el Barcelona. Tras batallar hasta la extenuación por un balón que parecía inofensivo, Messi logró rescatar un pase para que Paulinho lo empujara a gol. Fue el lacre a un encuentro de oficio que demuestra la solidez del líder.