La gran apuesta de la Universitat Jaume I (UJI) de Castelló por impulsar el valenciano en los grados se ha convertido en el gran fiasco. Justo en la recta final del mandato del rector, Vicent Climent, se ha dado lo que no había ocurrido nunca en los 25 años que tiene la universidad, y es que el Consell Social ha tumbado el requisito del C1 de valenciano (mitjà) como condición necesaria para la obtención del título de Enfermería y ha puesto en jaque a los órganos de gobierno que, de momento, ya han acordado la suspensión temporal de este punto.

Nunca antes, el Consell Social había contradijo modificación alguna del plan de estudios de la universidad pública de Castelló y, llegado ese momento, el rectorado tiene que analizar bien la situación para dirimir si la votación del Consell Social es vinculante en este caso. Todo un proceso de dudas que se abre ahora, tras la decisión del Consell de Govern de suspender temporalmente este requisito. Tanto es así que desde el rectorado ya han informado que se consultará con los servicios jurídicos y que, incluso, no se descarta contratar un servicio externo para este menester.

Qué duda cabe que la exigencia del C1 de valenciano para la obtención del título es una de las grandes apuestas incluidas en el Plan Plurianual de Multilingüismo 2016/2018, y que solo se da en el caso de la universidad pública de Castelló. Ninguna otra de la Comunitat Valenciana ha planteado esta exigencia para la obtención del título universitario.

El Plan Plurianual de Multilingüismo establece como criterio lingüístico general que el valenciano es la lengua propia y oficial de la Universitat Jaume I, que el castellano es también lengua cooficial de la UJI y que el inglés tiene la consideración de lengua franca de relación internacional y lengua de trabajo donde sea pertinente. Además, las acciones del plan que implican las comisiones de grado y departamentos son, entre otras, planificar en cada titulación las lenguas de docencia para garantizar el plurilingüismo del estudiantado en al menos las tres lenguas prioritarias: castellano, valenciano e inglés.

También se planifica en cada titulación de grado las acciones que facilitarán la adquisición del nivel C1 de valenciano y B2 de inglés de su estudiantado, que cada departamento cuente con profesorado con un nivel mínimo de C1 de conocimientos de inglés y C2 de valenciano para hacer docencia en estas lenguas y ampliar la oferta en valenciano y en inglés en los grados, con el objetivo de llegar al 25 por ciento de docencia en valenciano en dos años y al menos a un 5 por ciento de docencia en inglés, en asignaturas no lingüísticas.

El plan plurianual de multilingüismo aprobado el 21 de julio de 2016 recoge entre sus objetivos aumentar el uso activo del valenciano y hacer que el valenciano sea la lengua de comunicación entre las personas, tanto en la actividad económica, como en la gestión y en las actividades extraacadémicas y culturales. En un análisis introductorio se hace referencia a la necesidad de «rebajar la expectativa» de conseguir la igualdad de las lenguas ya que, en 2011 se propuso un plazo de cinco años para que se aplicara un incremento anual de la docencia en valenciano hasta llegar al 35 por ciento de los estudiantes.

No obstante, «no ha sido el caso», se añade. «Es evidente, de acuerdo con los resultados, que las previsiones eran demasiado optimistas y que hace falta articular nuevos métodos de impulso», se apostilla en el actual plan de multilingüismo. Después de las fiestas navideñas se prevé que la universidad avance en este asunto y solo entonces se verá si el requisito del C1 del valenciano también era demasiado ambicioso.