El 14 de octubre de 1969 se inauguró en Castelló el Colegio Universitario (CUC), que como su impulsor Fernando Pérez de Sevilla dijo en el mismo momento de su inauguración :"Va a ser la primera piedra para la promoción de Castelló a la enseñanza Superior o Universitaria".

Y efectivamente, a partir de ese instante, todos los sectores de la ciudad y de la provincia se volcaron en apoyo de esa idea: ayuntamiento, diputación, pueblos grandes y pequeños, sectores económicos y sociales, medios de comunicación, toda la sociedad en suma apoyaron esa idea. En otras ciudades españolas, como por ejemplo en Galicia, la creación de estos colegios universitarios contó con la ayuda de las Cajas de Ahorros ubicadas en las mismas ciudades a diferencia de aquí, que el apoyo no fue excesivamente generoso, por esa idea que tantos de sus dirigentes tuvieron de solo ir almacenando efectivo, que al final sirvió para salvar a la Caja de Ahorros de Valencia en el momento de la fusión de ambas, y eso que en algunos momentos al frente de la entidad castellonense figuraban destacados personajes del mundo de la cultura.

Una muestra de la total implicación de la sociedad de Castelló lo prueba el hecho de que el mismo Obispado, cediera las instalaciones del Seminario Mater Dei, para que allí se iniciara la actividad académica del citado Colegio.

Poco a poco fue creciendo, aunque siempre teniendo que superar graves problemas económicos y por otra parte ni la Universitat de València, ni muchos dirigentes del partido entonces al frente de la Generalitat, el Partido Socialista, eran partidarios de la extensión de los estudios universitarios ni menos de la creación de una Universitat aquí. Sin embargo fue el propio presidente Joan Lerma, que viendo la reacción de Castelló, y la fuerte presión de los directivos del CUC, quien por encima de su propio director general de Universidades, anunció la creación de la Universitat de Castelló, que aprobaron los Cortes Valencianas por unanimidad, teniendo en las mismas un destacado papel Joaquín Farnós.

En la exposición de motivos de creación de la UJI, se decía que: "La creación de la Universitat Jaume I de Castelló, constituye una oportunidad única de generar un instrumento de transformación social, para lo cual es fundamental vincularla desde su origen a las demandas sociales, tanto en el perfil de formación de sus titulados, como en el liderazgo cultural que debe asumir, o en la respuesta que de a las necesidades industriales y empresariales en proyectos conjuntos de investigación y desarrollo. Esta perspectiva debe incluir su vocación europeísta y su vinculación al eje mediterráneo como valores añadidos a la institución naciente".

Desde su nacimiento en 1991 a través del más de un cuarto de siglo de vida muy notable; desde su primer rector Francesc Michavila, hasta el actual Vicent Climent todos los equipos directivos, junto con los miembros de los Consejos Sociales y todos cuantos trabajadores ha tenido la UJI, así como las diversas Fundaciones que ha tenido, con una importante participación del sector empresarial castellonense, han ido convirtiendo esta universidad en pionera en la utilización de nuevas tecnologías de la información, con excelentes publicaciones, y numerosos trabajos de investigación, con un importante master internacional para estudios sobre la paz, etc.

Todos los castellonenses nos sentimos orgullosos de nuestra Universitat y fundamentalmente los miles de estudiantes y de sus familias, que han podido ver sus deseos de alcanzar sus estudios universitarios de calidad. Y aquí han venido estos años y continúan viniendo estudiantes no sólo de la ciudad y su provincia sino de varias provincias limítrofes.

Y la UJI sigue a pesar de todo ello arrastrando graves problemas económicos que coartan su crecimiento y su funcionamiento. No ha sido la universidad valenciana mejor tratada. Ha sido probablemente todo lo contrario.

Y ahora, la verdad es que, con un Presidente de la Generalitat y un conseller de Educación castellonenses tiene menos explicación la falta de solución a todos o al menos a parte de sus problemas, que vienen de antiguo. No se trata de que por el hecho de ser castellonenses vengan como reyes magos a resolverlo todo de un plumazo, pero tampoco es justo que por algún escrúpulo, la UJI no reciba lo que en justicia merece. Las palabras deben dejar paso a los hechos. La UJI ha hecho méritos de sobra como para recibir el mismo apoyo que a lo largo de los años han tenido otros centros. Mientras aquí desde su origen, se volcó todo el mundo en la Universitat aportando lo que hacia falta, en otros lugares les llegaron mas apoyos.