El Servicio de Alergología del Consorcio Hospitalario Provincial de Castelló ha recurrido en más de 500 ocasiones a un procedimiento terapéutico denominado desensibilización, destinado a pacientes de cáncer que han sufrido una grave reacción alérgica al recibir el tratamiento de quimioterapia prescrito por su oncólogo.

El Provincial es uno de los centros con mayor experiencia en la aplicación de esta técnica en pacientes oncológicos, por lo que el especialista en Alergia del Consorcio, Julián Borrás, presenta periódicamente casos clínicos a especialistas de otros hospitales para que conozcan cómo se han abordado.

Se recurre a la desensibilización cuando el oncólogo estima que no existe otra alternativa mejor para continuar con el tratamiento del paciente que el fármaco que ha provocado esa reacción, explicó el doctor Borrás, quien destacó que las desensibilizaciones permiten, por tanto, que los pacientes puedan seguir con éxito el tratamiento prescrito por su oncólogo.

En este sentido, el jefe del Hospital de Día de Oncología del centro, Alfredo Sánchez, señaló que a la quimioterapia tradicional se han sumado otros fármacos, principalmente anticuerpos, para el tratamiento de neoplasias concretas que han motivado que el número de reacciones alérgicas a medicamentos haya aumentado.

«De ahí la importancia de la estrecha colaboración con Alergología para realizar las maniobras necesarias para que los pacientes que desarrollen algún tipo de alergia puedan recibir los tratamientos indicados», subrayó el doctor Sánchez.

Así, la desensibilización se realiza cuando los pacientes muestran los síntomas propios de una alergia grave, como urticaria, hinchazón, hipotensión o dolor abdominal a los pocos minutos de iniciar el tratamiento de quimioterapia.

En estos casos, el tratamiento se suspende inicialmente y, una vez que el alergólogo ha comprobado que la causa de la reacción ha sido provocada por el fármaco suministrado y que no hay ninguna contraindicación desde el punto de vista alergológico, se procede a la desensibilización. Este procedimiento consiste en suministrar al paciente por vía intravenosa la dosis terapéutica prescrita por el oncólogo en pequeñas cantidades que se van incrementando progresivamente para intentar conseguir una tolerancia al medicamento.

Durante este proceso, que dura entre 4 y 12 horas, el paciente permanece vigilado estrechamente en todo momento por el alergólogo con el fin de detectar cualquier indicio de una reacción adversa.

«En el caso de que aparezca una reacción, la tratamos adecuadamente hasta conseguir la administración de toda la dosis necesaria del fármaco, que, en ocasiones, resulta vital para el paciente», indicó el doctor Borrás.

La primera de las sesiones se suele realizar en las instalaciones de la Unidad de Críticos para contar con todas las medidas de seguridad necesarias, mientras que las siguientes, si no ha habido reacciones graves durante el procedimiento, se aplican en el Hospital de Día Oncológico con las mismas medidas de vigilancia y control. De no aplicarse la desensibilización, se tendría que suspender la medicación o utilizar otra de menor efectividad ante el riesgo que comporta para el paciente.