Los abuelos de José Manuel Andrés Prades proceden de la «Partida de Dalt», los de Pablo Troncho García de la «Partida de Baix». Arriba y abajo se unieron para recorrer los 93,8 kilómetros cuadrados del término de Vilafranca y fotografiar las masías. José Manuel y Pablo han retratado, localizado e investigado sobre 104 masías del término de la Vila. Todas y cada una de ellas las han plasmado en un libro: Masos de Vilafranca. Para editarlo han contado con Jorge Sorribes.

La publicación ha contado con el apoyo del Ayuntamiento de Vilafranca y la Diputación de Castelló y es el final de muchos kilómetros de ruta por el término, de preguntar dónde estaban masías derruidas, de saber el nombre exacto de una casa de la que únicamente quedan restos.

En la Partida de Dalt, allá en la confluencia con Iglesuela, Benassal, Vistabella o Mosqueruela, hay 55 masías con 98 casas. 49 restan en la Partida de Baix, en la confluencia de la Vila con Castellfort, Portell, Ares y Benassal, con 72 casas.

En su trabajo fotográfico y de investigación han contado con la colaboración de vecinos de Vilafranca que también conocen el término como la palma de su mano. Y es que el término de Vilafranca, visto en el mapa, bien podría ser el palmo de una mano «masovera».

La masía más pequeña: el Maset d'Anton. Las masías más grandes: La Pobla de Bellestar con 9 casas y el Llosar con 7.

En su trabajo fotográfico, los autores han constatado que cada vez quedan menos masías habitadas. En estos momentos hay 16 masías que siguen abiertas: siete en la Partida de Dalt y otras nueve en la de Baix. Únicamente quedan habitadas un 15,3% masías del término de la localidad. El deterioro de las construcciones también es evidente. Hay una masía desaparecida y 27 de ellas en ruina. Este análisis permite adivinar que la «Partida de Dalt» de Vilafranca tiene un terreno más tosco, rudo, duro. De hecho allí se encuentra la Serra Brusca.

En la «Partida de Dalt» se encuentran algunas de las masías más elevadas de toda la provincia de Castelló, las cuales están más de 1.300 metros de altura. No en vano, en Vilafranca, se halla la segunda cumbre más elevada de la provincia: el Tossal dels Mollats, a 1.656 metros sobre el nivel del mar. El de Vilafranca es un término de contrastes. En el Riu Montlleó no se superan los 710 metros de altura. La masía más elevada es el Maset del Canto de Guardiola a 1380 metros de altura. El más bajo es el Mas de la Ferranda a 710 metros.

Torres fortificadas como la Torre Leandra, el Mas de Patiràs -antes Mas de Blasco-, la Torre Nova, la Pobla de Belletar, la Torre Fonso, el Mas de Tena, el Mas Roig, la Torre Barreda... molinos harineros como La Pobla de Bellestar, el Molí d'En rius, la Molineta o el Molí Pitarch...

Y en cada masía una historia. Historias de maquis, de batallas guerras carlistas, de murales de cerámica, de compras y ventas, de esfuerzo en la construcción, de rayos, de ventiscas de nieve...

La pasión que despiertan las masías entre los vecinos de la Vila quedó reflejada en la presentación del libro. El salón de actos de la Casa Social de Vilafranca quedó pequeño. Y es que quien más quien menos desciende de una masía.

La venta de este libro fotográfico de las masías de Vilafranca será benéfica. Lo recaudado se destinará a la investigación del MEF2C, una enfermedad rara. El carácter solidario de los masoveros continuará con este libro que se ha convertido ya en un inventario de las masías del término de Vilafranca.