Poner en valor el pasado, aunque sea tan desgarrador como el vinculado a una Guerra Civil, es una norma básica para asegurar la pervivencia de una democracia libre. Y en este empeño, y especialmente el de rescatar del olvido y poner cara y dar voz a las víctimas, se afana desde 2004 el Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica Castelló. El colectivo, en colaboración con su homólogo de Valencia, y el grupo de científicos y antropólogos ´Arqueoantro´, ha elaborado el ´Mapa de Fosses de la Guerra Civil i el Franquismo de la Provincia de Castelló´.

La publicación incluye la localización y documentación de 86 fosas diseminadas por distintos puntos del territorio de la provincia, y pone cara y da voz a unas 2.000 víctimas de la Guerra Civil y de la represión franquista.

El libro, subvencionado por la Generalitat (5.000 euros para el trabajo de campo y edición), será presentado el próximo martes, día 6, en la Presidencia del Consell en castelló. Los coordinadores han sido Juan Luis Porcar, historiador y documentalista de la Universidad Jaume I y, a su vez, secretario del Grupo por la Recuperación de la Memoria Histórica de Castelló, y Miguel Mezquida, arqueólogo del grupo ´Arqueoantro´.

El Mapa de fosas de Castelló se enmarca en proyecto más amplio de elaboración de un croquis documentado de fosas de la Comunitat que comenzó hace 10 años el Grupo de la Recuperación de la Memoria Histórica de Valenciana.

El Grupo de la Recuperación de la Memoria Histórica de Castelló se suma al proyecto, en el caso del mapa de la provincia, aportando su experiencia en diferentes ámbitos como la recuperación histórica, la digitalización de los archivos, la recuperación de testimonios orales y la asistencia y asesoramiento histórico y judicial a los familiares de la víctimas de la Guerra Civil y la represión franquista que pedían la localización e identificación de sus familiares.

Uno de los objetivos de los grupos impulsores del programa es enriquecer el patrimonio de la memoria histórica. También es prioritario para los tres grupos participantes en el programa trasmitir a la sociedad que cerrar el duelo mediante el homenaje y recuerdo es una necesidad ritual de nuestra cultura, un una forma de sensibilizar a la ciudadanía «ante el terror, la muerte y el olvido, ante nuestro reciente pasado silenciado», recoge el libro.

Esta primera campaña ha generado un mapa de 86 fosas catalogadas durante seis meses de trabajo. «Los estudios previos hablaban de 71 enterramiento clandestinos, es nada más una mínima cantidad del cómputo que realmente pensamos que aún se esconde bajo las tierras castellonenses», señala Porcar. «Tenemos otras 66 fosas localizadas y pendientes de inventariar, que serán objeto de una segunda fase del mapa», añade.

Bombardeos

Dentro de estas 86 primeras fosas localizadas e inventariadas, tres corresponde a inhumaciones de la represión de la retaguardia republicana, dentro de las 24 que los expertos consideran que se conocen en al actualmente, 60 de combates de la Guerra Civil, 6 de la represión franquista durante la guerra civil, 12 de la represión franquista durante la dictadura, y una desconocida. Dentro de otros casos, se encontrarían otras fosas de las víctimas de bombardeos , de los que hay registrados en Atzeneta del Maestrat, Vila-real y Segorbe. Aunque los investigadores tienen constancia de un gran número de víctimas de este tipo en otros municipios, como Borriol o Tales.

El estudio, destaca que las fosas de la represión de la retaguardia republicana, de una gran virulencia, se concentraron entre finales de julio de 1936 y enero de 1937, cuando todo el territorio español se quedó bajo el control republicano, y se caracterizan por una gran represión sobre el clero y organizaciones de derechas como los tradicionalistas y la Derecha Regional Valenciana.

Por otra parte, y a diferencia de lo que sucedió en el resto del País Valenciano, donde la represión no llegó hasta abril de 1939, el libro señala que la represión franquista comenzó en Castelló en 1938, poco después de la entrada de las tropas golpistas a las poblaciones del norte de Castelló, hasta ese momento zona leal.

Castelló fue un campo de batalla de norte a sur, con huellas mortales de un gran número de combates, principalmente del bando republicano, en cementerios,colinas, barrancos, bancales y trincheras desde Morella a la Vall d´Uixó, desde Xodos a Castelló, convirtiéndose en una de las mayores peculiaridades de las fosas que se pueden encontrar en esta provincia, con porcentaje actual del 70% del total de las inhumaciones documentadas hasta ahora. Las cifras evidencia el encarnizado nivel que alcanzó el último año de la Guerra Civil en la provincia de Castelló, con esa gran cantidad de fosas de combates.