El topónimo que se utiliza en castellano de Castelló de la Plana es «ajeno a nuestra historia y cultura» y la normalización de solo la forma en valenciano supone una «reparación histórica». Así lo sostiene un grupo de expertos en un manifiesto solicitado por el Ayuntamiento de Castelló para justificar este cambio en la denominación de la ciudad.

Los firmantes del mismo son el hijo predilecto y lingüista, Germà Colón; el cronista de la ciudad, Antoni Gascó; el integrante del Instituto de Estudis Catalans, Vicent Pitarch; y el profesor de la UJI y especialista en Derecho Foral, Vicent Garcia Edo. También ha participado en su elaboración la archivera municipal, Elena Sánchez Almela. Con este informe, el equipo de gobierno, con el respaldo de CS en Moviment, inicia el procedimiento para normalizar el uso exclusivo del nombre de Castelló en valenciano.

Los especialistas ofrecen argumentos históricos y filológicos para justificar esta decisión. «Castelló es etimológicamente un castillo pequeño, y eso responde a lo que era en un principio. Además, de la Plana es una constatación evidente y documentada desde que la villa se convierte en la capital de la Gobernación de la Plana en el siglo XIV. Por el contrario, Castellón en castellano designa un castillo grande, dimensión que jamás tuvo el Castell Vell. Así, la forma tradicional de Castelló de la Plana responde a una necesidad obvia», indica el manifiesto.

El gobierno municipal también ha apoyado la propuesta en un dictamen jurídico y en otro informe técnico del departamento lingüístico del consistorio.

Los expertos insisten en que la expresión actual en castellano es incorrecta. Según Vicent Pitarch, la palabra Castelló proviene «de la construcción latina medieval castellu con el sufijo diminutivo one adherido. El significado originario del topónimo sería castellet o castellonet». «El término Castellón es una forma castellanizada de la época moderna», incide.

Garcia Edo recuerda que hace justo 27 años escribió un artículo que abordaba la evolución del topónimo de Castelló de la Plana de los siglos XIII al XVII. Recuerda que se utilizó solo el nombre de Castelló de la Plana hasta el decreto de Nueva Planta en el siglo XVIII que castellanizó la documentación oficial y prohibió el uso del valenciano. «Es de sentido común que el nombre sea Castelló de la Plana, en valencià, porque es el que tiene la ciudad desde hace siete siglos y medio y porque la única cosa que lo diferencia de la forma castellana que se usa actualmente es una letra n. La desaparición de la cual no supone ningún problema para que cualquier persona, de aquí o de fuera, pueda identificar correctamente la ciudad en el mapa, el GPS del coche o en Internet, y evitamos la ridícula duplicación del nombre con una sola letra de diferencia, la cual cosa genera en ocasiones disfunciones en los formularios, que, de esta manera, se pueden evitar», subraya García Edo en un comentario en las redes sociales.

Acompaña sus afirmaciones con un fragmento de un pergamino de 1318 donde el nombre Castelló está escrito en valenciano, y una imagen de un capítulo dedicado a la capital de la Plana, publicado en 1564 por Martí de Viciana, que a pesar de que «está escrito en castellano», remarca, «el nombre de la población está en valenciano».

La recuperación de la única denominación en valenciano, asevera el manifiesto de los expertos, responde «tanto a razones históricas y filológicas como de dignidad y estética, y más teniendo en cuenta que esta decisión no causaría daños de interpretación a terceros».