El Partido Popular y Ciudadanos se han rebelado contra la propuesta del equipo de gobierno de oficializar la denominación de Castelló exclusivamente en valenciano. En otros lugares de la provincia, los populares no solo apoyaron la normalización del nombre de sus municipios sino que la impulsaron. Así sucedió en Vila-real y l'Alcora, donde se aprobaron los topónimos únicamente en valenciano con ejecutivos del Partido Popular.

Vila-real acordó en 2006 la oficialidad de «Vila-real» y puso a fin a la doble denominación que precedía de 1983, según recoge un informe de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL). En dicho año el alcalde era el popular Manuel Vilanova. L' Alcora estrenó su nombre en la lengua autóctona en 1996. Fue una corporación comandada por el primer edil del PP, Francisco Javier Tomás, explican fuentes municipales, que recuerdan que 12 de los 13 ediles votaron a favor del topónimo l'Alcora.

El Ayuntamiento de Almassora, con un gobierno formado por el PSPV y Compromís, adoptó en 2016, el nombre en valenciano. El Partido Popular no se opuso y se abstuvo en la votación del pleno.

Vinaròs fue la primera localidad que impulsó la normalización de su topónimo, sustituyendo Vinaroz por Vinaròs. Fue en 1980, uno año después de celebrarse las primeras elecciones municipales de la actual democracia.

Ente los grandes municipios que promovieron la denominación en valenciano, el PP se opuso en el caso de la Vall d'Uixó. La población de la Plana Baixa votó en 1987 a favor de la Vall d'Uixó, con Vicente Zaragoza, del Partido Comunista, de alcalde. El PSOE lo apoyó, mientras la entonces Alianza Popular (luego reconvertida en el PP) recogió firmas contra esta medida.

Según documentación de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, el 51 % de los municipios de la provincia de Castelló disponen de una denominación única en valenciano, el 38 % en castellano, y sólo el 9 % mantiene la doble toponimia. En este último grupo se encuentran les Alqueries, Benicàssim, Castelló, Llucena, Orpesa, Sant Jordi, Peñíscola, Vilafranca, les Useres, Xodos, Xilxes y Suera.

Desde 1979, según la AVL, 31 localidades de la provincia han apostado por el nombre en valenciano. Son Vinaròs, Betxí, Almassora, Aín, Sant Mateu, Vilanova d'Alcolea, la Vall d'Uixó, la Pobla Tornesa, Vilafamés, Vilar de Canes, la Torre d'en Besora, Atzeneta del Maestrat, Moncofa, la Salzadella, Coves de Vinromà, Rossell, la Pobla de Benifassà, Albocàsser, Alcalà de Xivert, Càlig, la Vilavella, Xilxes, Vila-real, la Torre d'en Doménec, Ares del Maestrat, la Serratella, Vistabella, Benassal y Benlloc. Los pueblos restantes con nombres en valenciano ya disponían antes de solo un topónimo.

Autorización de la AVL a Castelló

El pleno de Castelló de este mes, con los votos del PSPV, Compromís y Castelló en Moviment, iniciará los trámites para renombrar a la ciudad con la expresión valenciana de Castelló. Primero solicitará autorización a la dirección general de Administración Local y el departamento del Consell recurrirá para su visto bueno a un informe de la Acadèmia Valencia de la Llengua. La AVL apunta que sus dictámenes en estos casos suelen ser favorables, y destaca que en el caso de la iniciativa de Castelló no habrá problemas. La aprobación definitiva será en «un par de meses», según la AVL.

La portavoz del PP, Begoña Carrasco, tildó de «imposición» el fin de la denominación bilingüe.