El de ayer fue el día de las ventiscas. En numerosas carreteras del interior castellonense el viento acumuló grosores de nieve de hasta tres metros de altura. Este hecho provocó que Vilafranca, Castellfort o Portell estuviesen incomunicados durante buena parte del día. Los esfuerzos de los equipos de las máquinas quitanieve fueron casi en vano, ya que casi a la misma velocidad con la que retiraban la nieve el viento la volvía a acumular. En puntos como el puerto de las Cabrillas, entre Portell y La Iglesuela del Cid; Cabestany, entre Ares y Vilafranca o el vial Vilafranca-Benassal las cuñas quitanieve parecían juguetes ante semejantes montones de nieve. Lo mismo sucedía en los accesos a Castellfort desde Cinctorres o el puerto de Sant Pere. En más de un caso fue necesario recurrir a palas convencionales para retirar la nieve de las carreteras.

La carretera Ares-Vilafranca se abría y cerraba. De hecho, durante toda la jornada de ayer, el ayuntamiento recomendó no transitar por el vial ante la acumulación de nieve.

En el interior de los pueblos la nieve comenzó a helarse y a convertir las calles en pistas de patinaje. En los colegios de los municipios de interior pasarán días hasta que se recupere la normalidad. En el Don Blasco de Alagón de Vilafranca se recuperó el horario habitual de clase. En el IES, por el elevado número de alumnos que llegan en transporte, las clases únicamente fueron de repaso para los alumnos de Vilafranca, ya que los que llegan de fuera no pudieron acceder. En Morella hubo clase en el colegio y el IES, aunque únicamente se pudo acceder a pie hasta el centro educativo. Por la mañana la brigada del municipio se encargó de la limpieza de los accesos. En el IES de Morella tampoco funcionó el transporte escolar. Desde los colegios ya se plantea recuperar las horas lectivas ya que, con ayer, ya son tres los días sin clase.

Estos días las brigadas de los ayuntamientos se afanan en limpiar accesos a colegios, residencias de mayores o edificios públicos. Así sucedió por ejemplo en Vilafranca. En esta localidad el polideportivo permaneció cerrado por los efectos de la nevada.

Carámbanos en los tejados

Un riesgo añadido a las placas de hielo que se forman en las calles son los carámbanos que se forman en los tejados por el deshielo. Además la nieve comienza a caer de las techumbres con el riesgo que ello supone para los viandantes. En Morella el Ayuntamiento se encargó de despejar la nieve acumulada en el tejado de la iglesia de San Miguel, que alberga el centro sanitario.

Por otro lado, quienes también lo tienen complicado estos días son los ganaderos. La mayoría de propietarios dispone de medios propios para limpiar caminos, accesos y pistas. En algunos casos, como en la masía Torremiró de Morella, han necesitado de la ayuda del consorcio provincial de Bomberos para llegar hasta los animales.

Desde el Consorcio Provincial de Bomberos de Castelló siguieron actuando durante la jornada de ayer en este episodio de nevada con un total de 14 máquinas quitanieves y 6 saleros, repartidos de norte a su de la geografía castellonense. También ayer se han incorporado las palas cargadoras en aquellos caminos rurales donde no pueden acceder las máquinas quitanieves, y está previsto que mañana también trabajen un total de 4 palas.

Por último recordar la encomendable labor que realiza Cruz Roja en Vilafranca ya que, a pesar de este temporal de frío y nieve, las personas mayores de este municipio tienen cada medio día su comida caliente en la mesa. De ello se encargan, desde hace más de 15 años, los voluntarios de Cruz Roja. Una iniciativa pionera al observar que algunas personas vivían solas o aisladas y por no salir a comprar no disponían de un plato equilibrado.