La sed de venganza es uno de los motores más potentes del balompié. Se vio en el Roda-Castellón de la primera vuelta, y en la figura de Charlie Meseguer. Marcó el 1-1 a poco del final, un zurdazo clavado a botepronto en la escuadra, y lo celebró cruzando los dedos en la zona del mostacho, como dibujando un bigote imaginario. El gol de Charlie tenía dedicatoria: se refería a Frank Castelló, entonces entrenador del CD Castellón, con el que acabó mal en verano tras su fichaje frustrado.

Meseguer atendió el interés de Frank para regresar al Castellón tras un año fuera. Finalmente el técnico, también encargado de los fichajes, se decidió por esperar a William Domingues para la mediapunta. En el brete, Meseguer renovó por el Villarreal, que lo cedió al Roda. Se sintió traicionado cuando descubrió en los medios la versión interesada del técnico, que lo ponía a los pies de los caballos ante su antigua afición.

Meseguer, que se perderá el partido de Castalia al sufrir una fractura nasal que le hará pasar por el quirófano, es uno de los muchos exalbinegros en las filas del Roda que fueron descartados por el Castellón en algún momento. Es el caso de Charly Gracia, al que se le dio la baja durante el año del casi descenso a Preferente. Es el caso de Borja Gómez (ausente por sanción) y Alberto Ramos, despedidos junto a Arturo Navarro en una polémica decisión del entonces presidente David Cruz, que originó un motín en el vestuario. Es el caso de Álvaro Gómez y Esaú Rojo, cuya continuidad nunca fue una prioridad este verano. Es el caso de Ramón Pallarés, que se ofreció al Castellón dos cursos atrás, sin éxito. Y es el caso de Nico Pascual-Leone, descartado por el actual cuerpo técnico durante esta misma temporada.

El duelo del domingo, polémico desde el ascenso del Roda por su relación con el Villarreal, no tiene precedentes en competición oficial. En el bando local se dan otros casos. El Roda tanteó en verano al capitán Marenyà y al portero Zagalá, pero ambos prefirieron seguir de albinegro.