El expresidente de CatalunyaCaixa, Narcís Serra, y los exdirectivos Adolf Todó y José María Loza declararon ayer ante el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno que el Banco de España estaba al tanto de todas las operaciones inmobiliarias que llevó a cabo la entidad, que acabaron provocando un agujero de 720 millones de euros, porque estaban consensuadas con él.

Según informaron fuentes presentes en la declaración, Serra, Todó y Loza, todos ellos imputados en la causa que investiga Moreno sobre las operaciones inmobiliarias supuestamente irregulares que la caja realizó entre los años 2000 y 2013, aseguraron que el Banco de España era conocedor tanto en las operativas entre 2001 y 2007 como a partir de 2008, cuando cambió el modelo y se hizo patente la imposibilidad de desarrollar los proyectos.

La Fiscalía Anticorrupción pidió la imputación de Serra, Loza, Todó y otros 12 exdirectivos de CatalunyaCaixa por un presunto delito continuado de administración desleal por haber llevado a cabo «una intensiva y creciente actividad inversora inmobiliaria» en España, Polonia y Portugal a través de una filial y principalmente en proyecciones y expectativas de negocio de futuro incierto y no respaldadas por el necesario análisis de solvencia. La denuncia se produjo a instancias del Frob.

Sin embargo, tanto Serra como Todó y Loza indicaron ayer que el proceso para aprobar las operaciones cumplió la normativa interna y que los socios eran fiables.

Para ellos, la prueba de esto es que llevaron a cabo unas «600 ó 700» operaciones inmobiliarias que sí salieron bien, según las fuentes consultadas.

Al salir de la Audiencia Nacional tras declarar algo más de una hora ante el magistrado, Narcís Serra, que fue vicepresidente del Gobierno y ministro de Defensa en los gobiernos de Felipe González, ha dicho a los medios de comunicación que se siente «tranquilo después de dar su versión. «He entrado muy tranquilo y salgo aún más tranquilo. Esto acabará bien», informa Europa Press.