El Ayuntamiento de Castelló se sumó hace un año a una campaña de promoción del valenciano dirigida a los recién nacidos que ahora denuncia la portavoz popular, Begoña Carrasco. Pero esta iniciativa viene desde tiempo atrás y han participado localidades de distinto signo político. En 2004, el consistorio de Borriana, dirigido por el PP, lanzó esta iniciativa que ahora censura Carrasco y que ayer la presidenta del PP valenciano, Isabel Bonig, tildó de «catalanista».

Borriana la promovió de 2004 a 2011. Contemplaba la misma carta que denigra Carrasco incluyendo consejos a los padres para que utilicen el valenciano a sus hijos. Por un lado, recomendaba a las familias de habla valenciana a practicar dicha lengua con sus hijos y les invitaba a poner un nombre en valenciano y a adaptar las grafías castellanizadas de los apellidos. Por otro lado, invitaba a los inmigrantes extranjeros a que su descendencia también aprenda el idioma propio por ser «la tierra de acogida».

La misiva de Borriana de 2004 estaba firmada por el entonces concejal de Cultura, José Ramón Calpe, que posteriormente fue alcalde y diputado del PP en el Congreso y en las Corts Valencianes. Esta campaña coincidió con las alcaldías de Alfonso Ferrada y el propio Calpe, mientras la Generalitat era comandada por Francisco Camps. En la promoción actual de «Benvingtus a casa!» han participado doce ayuntamientos de la Comunitat, entre otros Castelló, Benicàssim y Moncofa. Desde 2004 nadie había puesto en cuestión esta actividad, pero el martes salió a la palestra la portavoz popular en Castelló para denunciar el contenido de una carta que anima a valencianizar nombres y apellidos de los recién nacidos y que se envía a los padres de los citados municipios, incluidos del PP, desde hace varios años.

El consistorio de la capital de la Plana se adhirió en 2017.

Ayer, el presidente del PP de Castelló, Miguel Barrachina, responsabilizaba solo a PSPV y Compromís de una campaña que ha respaldado su partido en Borriana, Benicàssim y Moncofa y sostuvo: «con dinero público el nacionalismo de Compromís y el PSOE se anima a los padres a cambiar apellidos y hablarle al niño solo una lengua, tremendo». El viraje del PP coincide en un momento en el que ha puesto su mira en las políticas educativa y lingüística del Pacte del Botànic.

La presidenta de los populares valencianos, Isabel Bonig, llevó este asunto ayer a las Corts Valencianes y expresó ante los medios de comunicación su «total rechazo» de la formación a dichas cartas y consideró que es «un hecho más de un proceso de catalanización de la sociedad valenciana». «Empezó con la educación, sigue con la educación y está en los medios de comunicación. «Quién es un alcalde o un conseller para decir a los padres qué nombre quieren», afirmó Bonig, que remarcó que el Partido Popular no está en contra de que «la gente pueda poner el nombre que quiera, en castellano o valenciano, en el ejercicio de su absoluta libertad y de acuerdo a la ley que regula el Registro Civil», pero lamentó que «desde los poderes públicos se envíe una carta sobre el nombre de sus hijos».