El servicio municipal de Protección Civil acaba de finalizar un curso especializado en la atención de accidentes con múltiples víctimas. Los módulos impartidos han sido los de Primer apoyo psicológico y Alteraciones psicológicas en el equipo de respuesta, que complementan la formación ya recibida por los miembros y voluntarios del cuerpo anteriormente. Entre los conceptos que han aprendido los integrantes se encuentran las habilidades básicas en el ámbito de la emergencia, las fases de aplicación del primer apoyo psicológico, cómo tratar a poblaciones específicas -como extranjeros, niños, jóvenes, ancianos y discapacitados-, cuáles son los síntomas de alteraciones en los afectados, la autoprotección de la salud mental de los intervinientes y cómo minimizar los efectos del estrés antes, durante y después de la intervención.

«Si en los módulos anteriores se describían las necesidades especiales y las cualidades de los intervinientes, en estos nos hemos centrado en las víctimas y en los propios interviniente», explicó el responsable del servicio municipal, Ismael Solsona.

En este sentido, añadió que «las habilidades sociales en el ámbito de las emergencias se centran en el liderazgo, la empatía, comunicación y equilibrio emocional, ya que hay que tener en cuenta las necesidades de las víctimas y afectados, pero también hay que saber manejar información diversa sobre trámites, estado emocional, mediación, traslado y rituales, entre otros». Asimismo, tal y como indicó Solsona, se diferencian los tratamientos por tramos de edades y según las circunstancias concretas, con especial atención al tratamiento de niños y adultos, «debido a las carencias que estos grupos ven acrecentadas en estas situaciones en las que se unen sus propios problemas, con los de las víctimas que les rodean, por lo que se requiere de un tratamiento personalizado por los voluntarios».

En el último módulo se ha tratado la detección de síntomas que pueden indicar el tipo de ayuda que se precisa, así como el reconocimiento de los problemas propios del interviniente por parte del resto de voluntarios participantes, pasando por explicar los factores relacionados con el incidente, el contexto de trabajo y, sobre todo, los personales.

«Una vez finalizado el curso, se ha hecho un simulacro de accidente de autobús donde han podido aplicar lo aprendido y donde hemos visto el grado de asimilación a los voluntarios», concluyó.