De los jugadores del Castellón que jugaron en el Ciutat de València en 2010, solo uno permanece en la plantilla albinegra. Jordi Marenyà es un superviviente. Entonces acababa de cumplir 19 años. Con 18, tras una gran campaña en el juvenil de División de Honor, el técnico Asier Garitano le hizo debutar en el primer equipo del CD Castellón. Jugó los últimos 11 partidos de aquella temporada, siete como titular. Ahora, con 26 años, lleva varias temporadas portando el brazalete de capitán.

Con el Castellón virtualmente descendido, el club encomendó a Garitano la labor de preparar el futuro. El primero en saltar del juvenil fue Jordi Marenyà, que había destacado esa temporada bajo las órdenes de Sergio Navarro. De aquella hornada juvenil debutaron también, después, el central Marc Trilles (dos partidos) y el delantero Marc Cosme (uno). Otros como el lateral Jaume Almela y el extremo Raimon Alcaraz estuvieron convocados pero no llegaron a debutar. Del filial ganaron peso el defensa Toño (diez partidos y hoy en el Levante, precisamente), el mediocentro Aarón Torlá (ocho) y el delantero Manolo Bleda (cinco).

Al término de aquel curso, Marenyà tuvo ofertas de otros filiales, pero prefirió renovar y apostar por el Castellón, club al que llegó en edad cadete. Empezó de titular en la siguiente campaña, con Jordi Vinyals en Segunda B, pero las lesiones redujeron su participación al mínimo. Sufrió el descenso administrativo y se afianzó después en Tercera. Con 20 años sus compañeros le eligieron capitán, primero junto a Aarón y después en cabeza. El más joven que se recuerda.

Pasó dos temporadas en Segunda B en el Olímpic de Xàtiva y regresó en 2015 a Castalia, donde continúa. Acumula 181 partidos oficiales en el primer equipo.

Aquel día de junio el Castellón formó con Lledó, Xisco Campos, Toño, Zamora, Pol Bueso, Rafita, Marenyà, Aarón, Mantecón, Palanca y Ulloa. Desde el banquillo entraron Enguix, Bleda y Tabares, que marcó el 3-1 definitivo.