Era el 13 de junio de 2010. El Castellón llevaba semanas descendido matemáticamente. El Levante subía a Primera en caso de victoria. En siete minutos había metido dos goles y al descanso se marchó ganando 3-0. Tabares marcó en el minuto 87 su último gol con la camiseta del Castellón. Es hasta la fecha el último gol del Castellón en Segunda, en su última salida a domicilio en el fútbol profesional. Luego cerró la temporada en Castalia contra el Córdoba, en un triste adiós con derrota que reunió a medio millar de espectadores. Han pasado casi ocho años. El domingo, el Castellón, que ayer anunció la renovación del extremo Javi Serra para la próxima campaña, volverá al Ciutat de València, pero para jugar contra el filial del Levante, su máximo rival en la pelea por el campeonato, paso previo hacia el anhelado ascenso a Segunda B.

Entonces, bajar a la división de bronce parecía lo peor que podía pasar. Pero no. Aquel descenso insinuaba una decadencia múltiple que se cumplió después a rajatabla. Ya estaba el club girando en la ruleta de los rumores de compraventas, cambios accionariales e inversiones de nunca acabar. El Castellón fue deteriorándose a todos los niveles y apenas duró en 2.ª B. Terminó en media tabla pero sufrió el descenso administrativo por impagos. Desde 2011 pena en 3.ª que en realidad es Cuarta, el peldaño más bajo de su historia. Esta es la séptima temporada.

En esos días de junio de 2010 se fraguó la patada hacia adelante del consejo de administración, que se reunió con el ayuntamiento que entonces encabezaba el popular Alberto Fabra, con Vicent Sales en el área de Deportes. Se apartó a José Manuel García Osuna de la gestión, aunque conservó el poder accionarial. Al contrario de lo que se le había prometido, se dejó de contar con Asier Garitano, el último de los tres entrenadores de aquella temporada, y actual técnico del Leganés. Ni en lo accionarial, ni en lo social, ni en lo económico, ni en lo deportivo. No se resolvió ningún problema, simplemente se aplazaron. Un año después, en el verano de 2011, llegaría el desastre sabido.

Inestable

Casi ocho años después, la cúpula que manejaba el club «orellut», con Antonio Blasco y el propio Osuna a la cabeza, está en los juzgados investigada por presuntos delitos societarios y administración desleal, a raíz de la denuncia interpuesta por Sentimiento Albinegro, la asociación de pequeños accionistas. Es el llamado caso Castellnou, actualmente en fase de instrucción.

En el palco, al fallecido José Laparra le sucedió una ristra de presidentes. Álvaro Rodríguez-Hesles en funciones, Fernando Miralles, Isidoro Gasque en el fugaz paso de Jesús Jiménez y el también investigado en una causa paralela, David Cruz. Vicente Montesinos es el actual presidente del Castellón, cuyo consejo recientemente ha decidido no personarse en la causa abierta contra Cruz, quien está siendo investigado por administración desleal. En lo deportivo marchan las cosas. El Ciutat de València albegará el domingo a las 11.00 el duelo de colíderes. El filial estrenará entrenador: Javier Olaizola.