La Llosa esconde entre sus límites un paraje de inmensa belleza. Un tesoro de la naturaleza: la marjal. Debido a su cercanía con el mar, está catalogada como albufera litoral y está protegida por diferentes instituciones a nivel local, nacional, europeo e internacional y el pasado año entró en el listado de humedales protegidos de importancia internacional. Un reconocimiento que no todos pueden decir que ostentan y que demuestra su alta calidad y valor ecológico.

Al adentrarnos en la marjal distinguimos a simple vista cuál es la actividad económica principal de la zona: los cultivos. Y es que esta área, gracias a la alta calidad de su tierra, es utilizada desde hace más de 700 años para la plantación de diferentes productos. Unos cultivos que, hoy en día, se dividen principalmente en dos: los melones y el arroz.

Los melones de La Llosa, que poseen marca propia del marjal, son muy preciados por los consumidores debido a su sabor peculiar. Al probarlos, notas un toque dulce especial, que no se encuentra normalmente, y que se consigue al realizar los cultivos en terrenos con un punto de salinidad.

En cuanto a los arrozales, hay que decir que están subvencionados por la Unión Europea debido a su interés medioambiental. Los amantes del senderismo están de enhorabuena, ya que desde hace varios años hay una ruta señalizada homologada (SL-CV 157) y que atraviesa algunos de los lugares más emblemáticos de la localidad, hace parada obligatoria en el marjal y continua hasta el mar.

Si nos desplazamos a la zona alta de la marjal, la más cercana al hermoso paraje de la Font Redona, nos encontramos con un cambio de escenario, ya que por allí, las tierras se dedican al cultivo de naranjos.

Cabe señalar que la gran calidad de la tierra proviene del tipo de cuidados que recibe el marjal. Y es que los terrenos sufren inundaciones invernales provocadas que ayudan a limpiar de sal los terrenos y a darle a la tierra la textura correcta para facilitar los magníficos cultivos que se consiguen después en la época estival.

En nuestro paseo por el marjal encontramos hermosos paisajes de vegetación y animales escondidos entre las plantas. Entre las especies animales más singulares que visitan la zona encontramos el plegadis falcinellus, más conocido como morito, que se alimenta en los arrozales de la Llosa y Xilxes.

Entre las almejas o petxinots, destaca una especie, que podría considerarse endémica del marjal, y que puede verse en las principales acequias y en el canal del camino al mar. Otras aves que hacen que la visita al paraje sea espectacular son las fochas, los patos, las garzas azules, las esplugabous y las gaviotas.

En cuanto a las plantas, el paisaje del marjal descubre al visitante diferentes y hermosas especies entre las que resaltan la ruda de mallada y los lirios de las variedades azul, amarilla y marinos.

Un pedazo de historia

Además de por su valor natural y paisajístico, el marjal de La Llosa también destaca por los rincones que esconden pedazos de historia. Entre naturaleza se encuentran búnkeres y nidos de ametralladoras del comienzo de la Línea XYZ de la Guerra Civil, del 1938.

Así, los visitantes al marjal disfrutan, por ejemplo, entrando en el búnker excavado en la montaña junto al Ullal de Quartons.