Castelló disfruta hoy de las últimas jornadas de las Fiestas de la Magdalena 2018, la primera tras la marcha de Lorenzo Ramírez, el pintor que mejor supo plasmar en sus obras el espíritu de todo lo relacionado con las fiestas fundacionales de la capital de la Plana y la patrona de la ciudad, la Mare de Déu del Lledó. Y es que Lorenzo Ramírez, con solo un trazo y a golpes de color, creaba sobre el papel figuras de castelloneros en procesión o en romería.

Ramírez nació en Borriol en 1952, y su trayectoria profesional en el mundo del arte se inició en 1966 al participar en diferentes exposiciones colectivas, y su primer premio, el que le dio el impulso necesario para seguir con los pinceles, lo obtuvo en 1969 y se trataba del Certamen Nacional Juvenil de Arte. Lorenzo Ramírez estaba enamorado de las fiestas de Castelló y de todo aquello que tuviera que ver con las tradiciones de la ciudad. Y prueba de esa devoción por Castelló es que fue el autor de los carteles de las fiestas de la Magdalena de 1986 y 1989, e incluso fue miembro de la Junta de Fiestas que en los primeros años 90 presidió Sixto Barberá y que, en gran medida, fue responsable de la renovación y dignificación de las fiestas.

Lorenzo se marchó sin avisar, de manera casi inesperada y con la misma discreción con la que vivió y trabajó. Muchos de sus familiares y amigos desconocían la grave enfermedad que padecía, y la noticia de su desaparición, que tuvo lugar el 18 de mayo de 2017, en Madrid, donde viven sus hijas; causó una profunda y dolorosa conmoción en el panorama artístico provincial. Y es que Lorenzo, a secas, sin apellidos, tal y como firmaba sus cuadros; era «un hombre bueno y generoso», según se encargan de recordar sus amigos, que, más allá de su indudable talento artístico, supo ganarse el cariño y el respeto de todos.

Pero Lorenzo no solo era pintor. Lorenzo era un artista en el más amplio sentido de la palabra, y por eso, a principio de la década de los años 90, incursionó en el mundo de la música grabando un álbum con boleros con el que, incluso, realizó numerosos conciertos por la provincia. Lorenzo aportó a la música romántica su fuerte personalidad y, sobre todo, su sensibilidad.

Una sensibilidad que hoy, último día de la Magdalena, recordamos de manera muy especial.