El 22 de enero de 1961, Castelló vivió un domingo inolvidable. Marisol, la niña prodigio por excelencia de cine español, visitó la ciudad para presentar su primera película, Un rayo de luz, que se había estrenado en septiembre de 1960 y que la había convertido en todo un ídolo de masas.

La niña actriz llegó acompañada por su productor en exclusiva, Manuel J. Goyanes; el director de la cinta, Luis Lucia; el guitarrista Antonio Zori; y su madre, María González. Y en medio de un gran gentío, y nada más llegar al desaparecido Cine Sindical (hoy reconvertido en el Teatre del Raval), Pepa Flores fue trasladada a las oficinas de la sala cinematográfica para que el niño Ricardo Giménez Camp saludase a la joven estrella en nombre de todos los niños de Castelló. Marisol, además, fue nombrada madrina de honor de la Gayata 10.

Las madrinas y damas de 'El Toll', vestidas de castelloneras y acompañadas por su presidente, Antonio Peris Pitarch, le hicieron entrega a Pepa Flores de un pergamino acreditativo de su nombramiento.

Según las crónicas de la época, que calificaron la visita de triunfal, tras la proyección de Un rayo de luz, y antes de iniciar la segunda parte del acto, las puertas del Sindical se abrieron de par en par para que todos los castellonenses que no habían tenido acceso a una entrada pudiese ver en persona a la pequeña artista y pedirle un autógrafo.

Pepa Flores, que fue presentada por el inolvidable Chencho, saludó en valenciano con un andaluzado «bona nit, cavallers. Ja soc aci» que recibió sonoras ovaciones.

Después de que Checho le formulase varias preguntas, Marisol cantó dos temas pertenecientes a Ha llegado un ángel, película que, por aquellos días comenzaba a rodar. Y todos los asistentes creyeron ver a una niña feliz, pero ignoraban que padecía úlcera de estómago, llevaba sus incipientes pechos vendados y que el tinte para conseguir el rubio de su pelo le provocaba dolorosas llagas.

Y aunque prometió volver a Castelló para disfrutar de las fiestas de la Magdalena y vestir el traje de castellonera, nunca lo hizo. Por lo menos oficialmente, porque el cantante Raphael contó en sus memorias que Pepa Flores era habitual en las fiestas que su entonces novia Natalia Figueroa ofrecía en su casa de Castelló...