El discurso de don Romualdo de Toledo, en el certamen literario de las fiestas de la Magdalena del año 1947, que el otro día traíamos hasta estas páginas, hoy merece una réplica republicana y... fallera. José Castelló-Tárrega, director de «El Heraldo» y alcalde de la ciudad en los primeros meses de la Guerra Civil, marchó al exilio americano, donde también acometió notables empresas periodísticas. Estuvo al frente de la revista «Senyera» y, entre otras tareas, coordinó el «Llibret de falla» de la Casa Regional valenciana, que en 1963 plantó su monumento en México D.F.

«Nuestra verdad» es el título del pórtico de la publicación que dirigió Castelló-Tárrega, con motivo de las fiestas josefinas de aquel año, y sus palabras, si pensamos que mediaba un océano de por medio entre la nación charra y el país de los valencianos, todavía nos suenan más conmovedoras: «Nadie de nosotros puede olvidar el por qué del alejamiento de nuestra terreta... Pero nadie de nosotros, exiliados acogidos a esta generosa tierra azteca, ha dejado de sentir su sangre valenciana batir las arterias -adoloridas por la añoranza- pero marcando con su ritmo vital el himno maravilloso de la esplendorosa tradición. Seguimos, pues, siendo tan valencianos como cuando abandonamos nuestra tierra. Acaso más, porque a su lado ha crecido un profundo respeto y un luminoso cariño a ésta nuestra tierra de adopción... Mas en la conjunción de sentimiento, hemos de persistir ensalzando lo que trajimos de valencianos, junto a lo que hemos adquirido de mexicanos. Si allá -en Valencia- los artistas hacen fiestas y las fiestas son arte, acá -en México- los que hemos transplantado su arte y sus fiestas, queremos entronizar una de ellas, la más característica y artística: la Falla...

La Casa Regional Valenciana, hogar de valencianos, alicantinos y castellonenses, planta este año la III Gran Falla en México, estimando que ya no es una pálida copia de lo que allá se hace en éstos días, si no más bien un logro arraigado ya en el corazón de México. Vosotros, los que la visitáis cada año en mayor número, nos dais la razón».

Fuster colaboró con Castelló

El intelectual de Sueca Joan Fuster colaboró en este número con un artículo titulado «El llibret». Ya había publicado, un año antes: El País Valenciano y Nosaltres, els valencians, los dos libros por los que comenzó a ser demonizado por un sector de compatriotas del Reino, que llegaron a convertirlo en «ninot de falla» e, incluso, a provocar una «cremà» en su propio domicilio. A pesar de esta polémica, que lo mantendría alejado de los medios valencianos, los exiliados lo acogieron en su revista.

Más tarde, pudo leerse en una pared: «Fot-te blaver, sant Josep era Fuster». Felicidades a todos los Pepes y Pepas y a José Castelló-Tárrega, periodista y alcalde.