El Castellón es un equipo que se adapta a todo y nadie simboliza mejor esa faceta camaleónica que su delantero centro. David Cubillas tiene fútbol de escuela pero también de barrio. Pasó por tres filiales de Primera y despista con su cara de niño. La realidad es que hizo un máster en el Huracán y la mili en el Melilla. El pragmático Sergi Escobar está sabiendo exprimir sus virtudes como nadie, en especial en paisajes como el del Palleter de Paiporta. Césped artificial, densidad de piernas en el medio, terreno estrecho y una sucesión de balones directos. Golpes, caídas, levantamientos y nuevas caídas. Cuando más lo necesitaba el Castellón se buscó la vida para voltear el marcador con un doblete y enfilar a su equipo hacia la victoria. El 2-3 final consolida a los orelluts en el liderato. Pinchó el Atlético Levante y ahora el segundo es el Orihuela, a cuatro puntos del enrachado líder del campeonato.

El dominio del Castellón fue absoluto durante el tramo inicial del partido. El Paiporta apenas salía de su campo, pero los de Escobar tampoco generaron entonces verdadero peligro. El volumen de llegadas quedaba en poco una vez pasado el filtro de las ocasiones. Con la doble escolta de Forner y Castells, Marenyà revoloteó cerca de Cubillas: sacó un disparo alto y reclamó un penalti por derribo. Las escaramuzas de Serra y Juanjo morían fuera del área. Un tiro desviado de Ferreres abrió la fase ofensiva del Paiporta. Y el Paiporta tomó la palabra, como queriendo explicar cómo en el Palleter se puede hacer un buen destrozo.

En el minuto 27 el Paiporta sacó el primer córner. Abrió una ráfaga infernal para los orelluts. De ese córner nació otro córner y de ese córner un saque de banda. El Paiporta era como los malos de las películas de serie B. Matabas a uno y salían dos de su cuerpo. En el 31 Cubillas despejó con suspense una falta lateral. En el 32 Moha remató un centro desde la izquierda y no fue gol por un palmo. En el 34, cerrando la secuencia, llegó el 1-0. Toni tensó una falta y Jordan ganó el salto para clavar el testarazo.

Por tercera jornada consecutiva, el Castellón empezó perdiendo. Debe hacérselo mirar porque pudo ser peor. Respondió tímido con un cabezazo de Arturo que se marchó fuera y un pase interior de Castells que Serra no acertó a resolver, pero la ocasión más clara la tuvo el Paiporta en el minuto 40. Sin portero, tras una indecisión entre Dealbert y Zagalá, la delantera local no acertó a marcar, providencial en el estorbo Ferreres en la ayuda desde el lateral. El propio Ferreres lanzó a continuación la contra que cambió el paradigma del partido, una verdadera transición. Ferreres conectó de vuelta con Cubillas en el área, y Cubillas anotó a trompicones un gol de puro delantero.

El 1-1 espoleó al Castellón, que rozó el segundo incluso antes del descanso. El portero Ángel se lució con dos manos consecutivas a remates de Juanjo y Cubillas, y Carles Vidal sacó bajo palos una vaselina de Marenyà que se colaba. Serra cruzó en demasía un tiro picudo, y el Paiporta respiró aliviado con el pitido del descanso.

Reanudación

El Castellón mantuvo el pulso de inicio y lo fue ganando poco a poco. Cubillas estuvo en casi todas. Provocó una falta que Juanjo enroscó ligeramente alta y decantó el envite en la acción clave del minuto 58. Apretó a un defensa, se llevó el balón con la cara y sacó de repente un latigazo superior y cruzado que superó al portero. Gran gol y gran delantero.

Una vez en ventaja el partido fue lo que quiso el Castellón que fuera, lo bueno y lo malo. Los albinegros marcaron el compás. Primero el baile del perdón: Dealbert cabeceó fuera un remate franco, Rubio disparó al poste el primer balón que tocó y Arturo desperdició un penalti lanzándolo demasiado alto. En cada penalti se monta un teatrillo entre orelluts cuanto menos curioso. Como en el patio del cole, al final lo tira el más pesado. Los últimos seis penalties del Castellón los han tirado seis futbolistas diferentes.

Hubo más, porque con Morales Yuste (ya pitó tres penalties en el mismo partido de la primera vuelta) suelen pasar cosas. Ayer pitó otros tres y cabe decir que todos lo parecieron. El mentado de Arturo después de que tumbaran a Serra, y el que metió Iván Sales en el minuto 79, después de que Ferreres coronara su notable actuación con una aventurera incursión en el área. También el que cerró el partido, una torpeza de Abraham ante Jordan que anotó Contreras. Era el 2-3 en el minuto 93. La emoción duró poco. El Castellón sacó de centro y terminó así el partido: trece jornadas sin perder, una derrota en las últimas veintidós y cuatro puntos de margen con el segundo.