El Villarreal B hizo un gran partido en el Martínez Valero, pero como en la mayoría de los últimos desplazamientos se quedó sin ver portería y eso le privó de sumar los tres puntos. Todo dentro de una jornada en que ninguno de los equipos de arriba logró la victoria. Un filial muy serio y dominador, hasta que el Elche quemó todas sus naves en el último cuarto de hora y el juego de equilibró. La ocasión más clara la desaprovechó Adrià Dalmau en el minuto 68, a puerta vacía desde el punto de penalti.

Los ilicitanos se marcharon al descanso con muchas dudas. Dudas que le generó el filial amarillo porque los muchachos de Miguel Álvarez tenían las ideas mucho más claras. A todo ello, el agujero producido en el centro del campo del Elche fue aprovechado por los villarrealenses para circular muy bien el esférico, para tener la posesión de la pelota y para dar alguna que otra ocasión de gol. A la media hora de juego el equipo de Pacheta pedía a gritos el descanso porque el 1-4-1-4-1 no acababa de carburar.

Manu Morlanes asumió los galones del Villarreal B para manejar el juego, teniendo las espaldas bien guardadas por el navarro Imanol Arias. Aunque empezó con más insistencia por la banda derecha con Darío y las subidas de Miguelón, al final las más peligrosas eran las llegadas por la izquierda, con un activo Chuca y un incansable Xavi Quintillà.

De la primera, a nivel de peligro, se centró todo a partir de la media hora de juego. Dos buenas ocasiones prácticamente consecutivas para la escuadra de la Plana Baixa. En el minuto 35 un ramate, tras un córner, del central Pau Francisco Torres que el portero local José Juan logró rechazar a saque de esquina, y tres minutos después un trallazo lejano y bien intencionado del juvenil zaragozano Manu Morlanes que el arquero local también logró rechazar a saque de esquina. Así que con el 0-0 se llegó al descanso.

La situación siguió siendo la misma en la segunda parte, con el Villarreal B tocando y mandando, ante un conjunto franjiverde que quería y no podía. Su entrenador movió ficha dando entrada al extremo crevillentino Josan, que animó el juego de su equipo. Era mucho lo que se jugaba el Elche, como también se lo jugaba el filial amarillo.

Pero sin ninguna duda la mejor ocasión que se vio en el Martínez Valero fue la que desaprovechó en el minuto 68 el ariete balear Adriá Dalmau. Desde el punto de penalti y prácticamente a puerta vacía envió por encima del travesaño. Es la gran asignatura pendiente de esta escuadra grogueta. Arriesgó el técnico del Elche en el minuto 73 agotó todos los cambios y sacó toda la artillería pesada: Nino y Sory Kaba.

Con todo ello, el técnico local dijo que había que morir en el área del Villarreal B. La grada chillaba por las decisiones del colegiado y más de ocho mil gritando causaba mucha impresión. Los últimos minutos fueron muy parejos, sin un dominador claro y al final el conjunto de la Plana Baixa se tuvo que conformar con sumar un punto.