Dos procesados por el secuestro y asesinato de un hombre por un ajuste de cuentas vinculado al tráfico de drogas negaron ayer ante el tribunal los hechos y culparon del crimen a dos colombianos, que la investigación policial nunca llegó a identificar. Los acusados se enfrentan a 24 años cárcel por los delitos de asesinato y detención ilegal. El crimen se produjo el el 19 de marzo de 2007 en Vinaròs.

El fiscal mantiene que los procesados, Sergio M. y Juan M., secuestraron a la víctima, de nacionalidad colombiana, en Madrid tres días antes y lo trasladaron a Vinaròs. Aquí, lo alojaron, con la identidad de uno de los acusados, en un hotel de la localidad, y lo mantuvieron vigilado. Al tercer día, lo asesinaron disparándole tres tiros, arrojaron el cadáver a un pozo y le prendieron fuego.

La vista oral se celebró ayer en la sección 1ª de la Audiencia de Castelló. El acusado Juan L. reconoció que trasladaron a la víctima en su vehículo desde Madrid a Vinaròs a petición del segundo procesado. Sin embargo, precisó que fue el hombre quien les pidió que lo trajeran desde la capital de España hasta esta localidad el norte de Castelló, «y nos pagó 300 euros por los gastos», puntualizó.

El segundo procesado, Sergio M., declaró que se trasladó con su primo a Madrid para realizar una entrevista con la víctima para ver si daba «el perfil de 'mula' [persona que transporta droga en su cuerpo]» entre Perú y España. Igualmente, declaró que no coaccionaron ni amenazaron a la víctima. Este procesado culpó del crimen a terceras personas, en concreto dos colombianos no identificados.

El fiscal mantuvo su acusación sobre la base del informe policial que concluye que los dos procesados secuestraron y luego acabaron con la vida del hombre y de un testigo clave: el sobrino de la víctima. Este familiar acompañaba a su tío en el bar de Madrid donde los acusados secuestraron al hombre. El testigo, que ayer no declaró ante el tribunal, sostuvo desde el principió que su tío fue obligado por los procesados a irse con ellos en el coche. De ahí, que anotara la matrícula del turismo, que luego resultó ser propiedad de uno de los acusados.

El fiscal mantuvo que los dos acusados, puestos de común acuerdo con terceras personas no localizadas a cambio de una cantidad de dinero no determinada de forma exacta trajeron en el vehículo, propiedad de Juan L., desde Madrid a Vinaròs a la víctima. En el momento del secuestro, el hombre se encontraba en compañía de su sobrino, «marchándose de forma súbita e inopinada con lo puesto, tras la intimidación que le realizaron los procesados para que se marchara con ellos». Los acusados llevaron al rehén a una habitación reservada a nombre de Sergio M.

El día 19 de marzo lo condujeron a un lugar indeterminado, «donde finalmente terminaron con su vida, propinándole diversos golpes, y disparándole tres tiros, uno en el estómago y dos en la cabeza, y deshaciéndose de su cuerpo arrojándolo a un pozo y quemando allí su cadáver». El día 20, el procesado Sergio M. acudió a saldar la deuda con el hotel y retirar su DNI.

El 28 de julio de 2008, fue hallado el cadáver de la víctima en el interior de un pozo, «con síntomas de muerte violenta y etiología homicida, faltando parte de su restos, y hallándose acelerantes de combustión en los mismos».