En el centro de Les Alqueries, justo al lado de la plaza del Ayuntamiento (en la calle Verge de Gràcia), se encuentra uno de los bares más exitosos del pueblo, conocido por su ambiente familiar y las tapas y carajillos más exigentes.

En les Alqueries, con gran dedicación naranjera, La Vila fue uno de los bares más concurridos durante los años dorados de los cítricos en la zona, ya que tras las duras jornadas de trabajo los jornaleros acudían religiosamente para jugar cartas y organizar las cuadrillas para el día siguiente.

Con más de cuatro décadas a sus espaldas y un gran número de parroquianos de todas las edades, La Vila se ha convertido en un punto de encuentro clave para los almuerzos entre semana en les Alqueries, en los que no pueden faltar las tapas clásicas, eso sí, muy cuidadas y sabrosas.

La sepia a la plancha con salsa verde o las tapas de queso y jamón recién cortado son algunas de las propuestas más demandadas y más aplaudidas por los clientes para acompañar los bocadillos tradicionales como los de longaniza, tortilla o carne de pincho de los almuerzos y cenas, tanto en el salón como en la terraza.

Además, como comenta Jorge Vicent, quien explica además cuáles son los mejores bocados del local, en La Vila preparan por encargo menús especiales en los que los ingredientes de calidad y la buena mano en la cocina están presentes y entre las propuestas que se ofrecen se encuentran los pinchos de foie con navelate sobre pan de cristal, montaditos de ibéricos con el toque especial de la casa y un sinfín de propuestas «de poble» capaces de encantar a los paladares más exigentes de les Alqueries y de municipios vecinos que acuden a este bar.

Premio en la ruta de la tapa

Otra de las apuestas fuertes del establecimiento, que ha ganado el segundo premio de la ruta de la tapa de Alqueries hasta en dos ocasiones, son los carajillos de ron, cognac o whisky, muy cortos de café (tanguitas, como así los llaman) y bien quemados, que son la excusa perfecta para las reuniones de amigos o el final inevitable de la mayoría de comidas y cenas.

Las palometas también son protagonistas de La Vila, y es que la bebida típica de cazalla rebajada con agua con gas ha pasado a ser una de las copas digestivas más comunes en las mesas y la barra del local.

Los viernes y sábados por la noche así como las horas de almuerzo son los momentos álgidos de la semana, aunque también es un lugar muy concurrido por jóvenes durante el final de las tardes entre semana.