Igualdad y tenis de alto nivel, pero sin grandes sorpresas. Rafael Nadal y Alexander Zverev cumplieron ayer con todos los pronósticos para dejar la eliminatoria de cuartos de final de la Copa Davis entre España y Alemania más abierta que nunca. Tanto el de Manacor, número uno del mundo, como el germano, número cuatro, resolvieron por la vía rápida (en tres sets) sus respectivos duelos ante Kolschreiber y David Ferrer antes del atractivo partido de dobles de esta tarde (14.00 h.). Las espadas, por tanto, siguen en todo lo alto y la plaza de toros de València se prepara para un final de eliminatoria que promete ser vibrante, con un cuarto encuentro, el de mañana domingo entre Nadal y Zverev, que puede ser decisivo para el pase a las semifinales del torneo.

El público valenciano, que llenó las 8.000 localidades disponibles en el reconvertido coso taurino de la calle Xàtiva, disfrutó de lo lindo de una gran jornada de tenis, que culminó con el alivio de la victoria de Nadal. El tenista balear reapareció tras casi tres meses de lesión y apenas acusó la inactividad. Con la plaza volcada en su favor y la presión del 0-1 para Alemania, «Rafa» saltó al ruedo dispuesto a doblegar a un batallador Kolschreiber. El veterano jugador alemán plantó cara durante todo el partido, aunque pronto quedó claro que la diferencia de nivel era insalvable.

Nadal fue de menos a más, con derechazos que acariciaron las líneas, espectaculares paralelos y puntos de fe que pusieron en pie al graderío de la plaza. Sin estar todavía a pleno rendimiento, el mejor jugador del globo controló el partido desde el primer minuto. De hecho, los dos primeros sets fueron prácticamente calcados. A los golpes del español, Kolschreiber respondía con mucha resistencia y empeño, lo que alargó algunos juegos. Sucedió en el quinto de la primera manga y también en el de la segunda, cuando el intercambio de golpes se alargó hasta los 20 minutos de duración.

Sin embargo, Nadal no falló en los momentos importantes y aprovechó bien su primer servicio, pese a que llegó a cometer ocho dobles faltas.

En el tercer set, con la plaza más pendiente de que las nubes no descargaran la lluvia anunciada, el duelo dejó algunos puntos espectaculares, como una pasada inverosímil de Nadal con la izquierda, que permitieron aclamar al número uno del equipo español. Sólo un par de jugadas controvertidas y discutidas a la jueza de silla empañaron un tramo final de partido que desembocó en la victoria española y una ovación atronadora para Nadal, que devolvió el gesto de cariño repartiendo bolas a la grada.

El temible revés de Zverev

El punto sumado por Nadal fue toda una inyección de tranquilidad para España después de asistir al aplastante triunfo de Zverev ante David Ferrer. En el primer partido de la eliminatoria, el tenista de Xàbia, algo nervioso en los primeros compases de juego, cayó a manos del joven gigante teutón (1,98 m.), que desplegó un juego muy sólido.

Su potente primer servicio, a más de 200 kilómetros por hora, y los 16 reveses ganadores que salieron de su raqueta, marcaron las diferencias sobre la arcilla. Si alguien tenía dudas de la capacidad de adaptación del alemán, quedaron resueltas en el primer set, en el que Ferrer peleó cada punto como si le fuera la vida en ello, sin lograr remontar la ventaja de su rival.

Después de perder el primer set (4-6), el tenista valenciano, respaldado en todo momento por la plaza, falló de manera reiterada en el saque hasta cometer una decena de dobles faltas. Lo pagó dejando escapar juegos trascendentales para la segunda manga, que también se la llevó Zverev, muy seguro en el fondo de la pista, moviendo con facilidad la bola de lado a lado y soltando su revés intratable en cuanto Ferrer le daba terreno.

«Ferru» no se rindió y en el tercer set arriesgó un poco más, subió a la red y propuso golpes ganadores. Sin embargo, erró en los momentos clave y termonó perdiendo su primer partido en tirerra batida en Copa Davis (había ganado los 16 anteriores) ante el alemán, que cerró su exhibición sin apuros y se adjudicó el primer punto de la serie antes de las dos horas de partido.