Cuando Javier Moliner llegó a la presidencia de la Diputación de Castelló en junio de 2011, la entidad tenía una deuda cercana a los 140 millones de euros. Esta deuda estaba compuesta por créditos pedidos a los bancos y por cantidades debidas al Estado, que ingresó más dinero a la diputación del que le correspondía procedente de los impuestos. Se trata de un error de cálculo que afectó a todas las entidades locales (diputaciones, cabildos y ayuntamiento) por una cantidad cercana a los 6.000 millones de euros.

Ante esta situación y en plena crisis económica, el equipo de Gobierno liderado por Moliner tuvo que implementar un plan financiero y trasladarle al Ministerio de Hacienda una programación de cómo iba a equilibrar las cuentas, ya que era casi el 100% del presupuesto.

Este plan se elaboró en relación al presupuesto de 2012, el primer ejercicio completo que pudo gestionar Moliner tras sustituir a Carlos Fabra en la presidencia. Cabe apuntar que cuando Moliner llegó al poder la diputación ya tenía aprobado el presupuesto de 2011.

De esta manera, una vez li-quidado el presupuesto, la di-putación tenía pendiente una deuda con los bancos de 95.072.610,58 euros y con el Estado de 38.622.609,41 euros. Es decir, un total de 133.695.219,73 euros a 31 de diciembre de 2011.

Por un lado, el equipo de Gobierno liderado por Moliner ha seguido un estricto régimen financiero que le ha permitido cumplir durante estos años con los pagos de la deuda a los bancos hasta situarla a finales de 2018 en poco más de 23 millones de euros. Es decir, desde 2011 hasta 2018, la política de Javier Moliner habría conseguido pagar más de 72 millones de euros de deuda a las entidades financieras.

No obstante, teniendo en cuenta que el calendario de amortización de la deuda propone pagar en 2018 4,5 millones de euros, se debería multiplicar por cinco en 2019 para pagar por completo la deuda con los bancos, como el miércoles anunció Moliner en rueda de prensa. Es mentira, por tanto, la afirmación emitida en un comunicado este jueves de que «el Gobierno Provincial ha llevado a cabo una reducción histórica de la deuda, pasando de 140 millones en 2012 a 22 millones este mismo mes de abril». Ya que si se incluye el incorrecto ingreso de la Participación en los Tributos del Estado en la deuda inicial de 140 millones, debe incluirse también aquello pendiente de pagar en la actualidad por ese concepto y que son los citados 20,6 millones.

A esta cifra, se debe añadir la deuda con los bancos que suma un total de 23 millones. Por lo que la deuda total a día de hoy de la Diputación de Castelló son 43,7 millones y no 22. O cabe asumir que en el inicio del mandato la deuda era de 100 millones y no de 140, como asegura la entidad y el propio Moliner.