Es como si el Villarreal se empeñara en sufrir, en ponerse las cosas difíciles. Los amarillos empataron ayer en el Sánchez Pizjuán ante un rival directo por un puesto europeo como es el Sevilla, y después de dos dolorosas derrotas consecutivas. Pero en lugar de gestos de complicidad y caras sonrientes por un buen empate, los jugadores del submarino se marcharon cabizbajos, cabreados consigo mismos. Habían dejado escapar un ventaja de dos tantos, y habían permitido que les igualara en cinco minutos un equipo desmoronado, que había errado un penalti a quince del final de partido. En la locura del epílogo, venció el Sevilla y rescató un punto a cambio de minar un poco más la moral de su rival. Lo único positivo es que queda una semana menos y el Villarreal se mantiene sexto. Pero las sensaciones alimentan las dudas ante una recta final liguera muy exigente.

Así concluyó un duelo en el que el conjunto azulejero daba la impresión de haber resucitado. A falta de veinte minutos, los tantos de Raba y Bacca le daban un merecido 0-2 favorable a un equipo superior, que aprovechó los miedos de un Sevilla que acumula cinco partidos sin vencer en Liga.

En la primera mitad, el submarino se hizo con el dominio del partido alimentado por el empuje de Cheryshev y Raba para despertar a los amarillos, y lograr un triunfo vital en la carrera por Europa. Marcado por las asuencias, sobre todo en defensa, Javi Calleja modificó su sistema, y se vio obligado a rescatar a Víctor Ruiz en la retaguardia. Formó con Mario como pareja, y Rukavina ocupó el lateral derecha. Con un dibujo de 4-2-3-1, Castillejo, Cheryshev y Raba ocuparon la mediapunta y le dieron un aire diferente a un Villarreal mohíno en las últimas semanas.

Forzado a espabilar, el Sevilla de Montella no encontró el camino para dominar el esférico y controlar el desarrollo del juego. Sólo Sarabia alimentaba una máquina con muchos síntomas de agotamiento. En cambio al Villarreal se le veía una cara diferente. Rodrigo y Trigueros sujetaban a Banega y Franco Vázquez, mientras que Cheryshev y Raba le aportaron profundidad y mordiente al ataque visitante.

Un disparo de Cheryshev, en el minuto 8, que detuvo Soria fue el primer aviso del Villarreal. Once más tarde, en una rápida contra, el ruso se plantó ante Soria, después de un elegante regate a Navas. Pero en la ejecución apareció la mano del guardameta local para evitar el tanto.

El Villarreal se sentía cada vez más cómodo, y la muestra fue la jugada colectiva del 0-1. Raba inició el baile en la banda izquierda. Cedió a Bacca en el interior del área, que prolongó a Trigueros. El talaverano se la pasó a Castillejo que, por un momento, pareció atascado, sin opción. Pero el malagueño encontró el centro, y en el segundo palo apareció la cabeza de Raba para mandar a las mallas. Era el minuto 36, era el empujón que necesitaba el Sevilla para comenzar a desmoronarse.

Locura en la segunda mitad

Dos expulsiones, un penalti errado, tres tantos, y un guion de screwball comedy marcaron la reanudación. El Sevilla intentó despertar, y arrancó la segunda mitad más cerca de la portería visitante. Saltó al campo Ben Yedder, que rondó el gol en el minuto 57 con un centro en el área pequeña. Pero la lengua perdió al franco-tunecino, y la doble amonestación le envió al vestuario. Con espacios y ante diez, Bacca aprovechó una contra para que su velocidad y su remate pusieran el 0-2 en el minuto 68.

En medio de la desesperación, el Sevilla se encontró con un penalti cometido por Costa, que también fue expulsado en el minuto 75. Pero Asenjo acertó el disparo de Nolito, lo que enrabietó más a los locales. El gaditano, tras un pase de cabeza de Lenglet, empalaba y batía a Asenjo en el minuto 78. Los hispalenses querían adelantar la inaguración de la Feria de Abril y N'Zonzi, con un disparo brutal desde 35 metros, empataba en el 81. Rozó la proeza el Sevilla, pero al final firmaron unas tablas que no convencen a ninguno. El Villarreal alimenta el sufrimiento.