La Universitat Jaume I ha iniciado hoy las IV Jornadas de Investigación para el alumnado de la Facultad de Ciencias de la Salud, centradas este año en el abordaje multidisciplinario de la enfermedad neurodegenerativa. El acto inaugural ha sido a cargo del rector de la UJI, Vicent Climent; el decano de la Facultad de Ciencias de la Salud, Rafael Ballester; la directora de la Escuela de Doctorado, Mercè Correa; y los directores de las jornadas, Estefanía Ruiz y Pablo Salas.

El rector de la UJI ha mostrado su satisfacción por que sean unas jornadas centradas en la investigación las que inicien el uso del salón de actos del nuevo edificio de la Facultad de Ciencias de Salud y ha recordado que, en la inauguración de las instalaciones, el presidente de la Generalitat Valenciana reiteró su compromiso de hacer todo lo posible para que se completen los dos módulos que faltan del edificio. Por otro lado, Climent ha instado a los asistentes a «no dejar nunca de lado el contacto con la investigación en vuestra trayectoria profesional porque es esencial para contribuir al avance de las personas y la sociedad».

Por su parte, el decano de la FCS ha destacado el carácter interdisciplinar de las jornadas y la importancia de que el estudiantado sea el protagonista, además de haber trabajado conjuntamente con la Escuela de Doctorado como novedad de este año. Así mismo, Ballester ha señalado que la participación en esta cuarta edición asciende a 250 personas, más del doble que hace dos años, y los trabajos presentados a más de un centenar, entre los que se incluyen 12 tesis doctorales.

A continuación, el doctor Pablo Martínez-Lage, neurólogo de prestigio del Centro de Investigación y Terapias Avanzadas de la Fundación CITA-Alzheimer en San Sebastián ha ofrecido la conferencia inaugural en la que ha puesto de relieve la importancia de mejorar el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer así como de realizar una prevención a todos los niveles. Además, ha abordado algunos de los tratamientos actuales para esta enfermedad.

Martínez-Lage ha explicado que se han realizado grandes avances en los últimos cinco años y existen pruebas como el PET amiloide o la punción lumbar, además de los biomarcadores, que han cambiado el paradigma del diagnóstico. En cuanto al tratamiento, ha analizado algunos estudios con fármacos que consiguen estabilizar al enfermo durante cierto tiempo así como otras terapias antiamiloides o antitau que se están probando actualmente. En este sentido, ha destacado la importancia que tienen los tratamientos para retrasar la enfermedad, a pesar de que no la cure, porque «si consiguiéramos retrasar el inicio de los síntomas de la enfermedad cinco años, el efecto acumulativo que se produciría en dos o tres décadas sería la reducción del número de enfermos a la mitad».

No obstante, el neurólogo ha hecho énfasis en la importancia de la prevención tanto terciaria como secundaria y primaria. Así, ha afirmado que «hay un campo abierto extraordinario para hacer prevención dado que una intervención que junte un control estricto de factores de riesgo vascular, modificación de los hábitos dietéticos, actividad física programada y entrenamiento cognitivo mejora la cognición en personas con un índice de riesgo de demencia alto (CAIDE) que ya tienen cierto deterioro».