El Ayuntamiento de Castelló, que hace un cuarto de siglo estaba dirigido por José Luis Gimeno, anunció que se iba a presentar al pleno una nueva política a la hora de sancionar todo tipo de infracciones, castigando, de manera muy especial, «a todas las personas que habitualmente incumplen las normas». O sea, los reincidentes iban tener que hacer un mayor desembolso económico.

En este sentido, Carlos Fabra, que hace 25 años ocupaba la tenencia de alcaldía de Hacienda y responsable del área de Seguridad Ciudadana, explicó a Levante de Castelló que ya se había encargado a los servicios técnicos la elaboración de las ordenanzas de limpieza viaria, de vía pública y hasta de tráfico «por las que se regularán graduaciones mínimas, medias y mínimas en las sanciones por infracciones cometidas porque no es lo mismo una persona que incumple una norma por primera vez que quien la incumple de manera habitual».

Esta medida, según señaló Fabra, tenía un doble objetivo, ya que no solo iban a pagar más los infractores habituales, sino que también se quería bajar la cuantía de la sanción a todas aquellas personas «que han cometido una irregularidad de manera ocasional». Precisamente, Carlos Fabra aseguró que el importe de las sanciones, para todos aquellos infractores primerizos, era muy elevada y no consideraba lógico que pagasen lo mismo una persona que por primera vez comete una infracción «que otro que al año comete 29 infracciones y se salta las normas a la torera», puntualizó Carlos Fabra.