Tender puentes entre los jóvenes y los mayores es uno de los grandes retos que afronta la cultura occidental. A través de Endavant Igualtat, el programa solidario del Villarreal, el fútbol se reivindica como herramienta potente y útil a la hora de construir una verdadera comunidad. Pocos ejemplos mejores que el proyecto Historias de vida, un diálogo intergeneracional entre dos mundos a priori lejanos. Los jugadores del Cadete A del Villarreal, los alumnos del IES Miralcamp y los ancianos de la Residencia Virgen de Gracia de Vila-real para la tercera edad son los protagonistas de una iniciativa pionera que pretende recopilar las vivencias de los ancianos en colaboración con los jóvenes, para construir un relato del legado. Dos generaciones de la mano.

La relación entre el Cadete y la Residencia se ha ido forjando durante toda la temporada, a través de actos diferentes como los juegos de mesa, las monas de Pascua o los juegos tradicionales. En esta ocasión, el proyecto Historias de vida ha implicado también a los alumnos de 4.º de la ESO del IES Miralcamp, lugar donde estudian también muchos jugadores del cadete del Villarreal. Los futbolistas hicieron de enlace entre los dos lados, el del instituto y el de la residencia, y los testimonios de las historias de los ancianos sirvieron asimismo para llevar a cabo una unidad didáctica en la asignatura de Historia. Una recopilación de los testimonios se elaborará próximamente.

«Emoción»

«Desde la residencia lo hemos vivido con mucha emoción», explica Noelia Peiró, la técnica de animación sociocultural de la residencia, en declaraciones facilitadas por el club. «En un principio no teníamos muy claro cómo iban a encajar dos generaciones tan dispares, pero finalmente ha sido una experiencia magnífica. Los ancianos estaban deseando que vinieran los chavales para compartir sus recuerdos y vivencias. La residencia se ha llenado de vitalidad y se respiraba otra energía cada vez que los chavales venían», comenta.

«El proyecto ha superado todas nuestras expectativas», asegura Peiró, «ha sido una experiencia muy enriquecedora a todos los niveles». También para los chavales, que descubren un nuevo camino hacia el conocimiento, a través de los mayores. «Hablamos de residentes que han vivido gran parte de la historia de España, que en un principio sólo estudiamos y conocemos por los libros, y para ellos son recuerdos de su infancia».

María Cosín, una de las psicólogas del Villarreal y además parte del cuerpo técnico del Cadete A, explica el progreso del proyecto y su incidencia en la educación de los jóvenes. «Es el tercer año que los jugadores colaboran con una asociación gracias a Endavant. Esta vez lo han vivido con mucha naturalidad y han estado muy implicados. Ha habido pequeños cambios o mejor dicho pequeñas conductas en los jugadores que nos han llamado especial atención y sabemos que parte de esas conductas se deben a esta iniciativa. Creo que estamos empezando a recoger los frutos de Endavant».