Más allá de lo que comporta un derbi como puede ser el Villarreal CF-Valencia CF, con una marcada rivalidad regional y Europa en juego para ambos clubes, el encuentro de este sábado en el Estadio de la Cerámica tendrá un morbo añadido: el regreso de Marcelino García Toral a la que fuera su casa durante tres temporadas y media. El técnico asturiano pisará el feudo villarrealense por primera vez tras su inesperada salida en el verano de 2016, diez días antes de disputar la previa de la Liga de Campeones ante el Mónaco.

El recuerdo que Marcelino dejó en Vila-real a nivel deportivo es bueno. Al ahora entrenador del club de Mestalla se le encomendó la misión de devolver al equipo a Primera División en enero de 2013 y no solo lo consiguió sino que, además, imprimió un carácter ganador al equipo y logró llevarlo hasta Europa las tres temporadas siguientes.

Aquel ascenso a la máxima categoría en la temporada 2012-13 era el tercero que conseguía el preparador asturiano -previamente lo había logrado con el Recreativo de Huelva y el Zaragoza- y le sirvió para lograr su renovación por una campaña más.

En esta, la 2013-14, participó desde el primer día en la confección del plantel y dispuso de la pretemporada para dar a su equipo unas señas de identidad muy marcadas, las mismas que este año ha transmitido en el Valencia y que tan buenos resultados le está dando. Si ahora está a un paso de clasificar a los valencianistas para la Champions, aquella campaña dejó al Villarreal en sexta posición y con un puesto en la Liga Europa, idéntica situación que lograría en la 2014-15 y que llevaría a la directiva a renovarle hasta 2019 en noviembre de 2015.

Con Marcelino el Villarreal dio un paso más al frente y el nivel de exigencia del preparador asturiano dio sus frutos. Así, al año siguiente el cuadro amarillo acababa cuarto en la tabla y se clasificaba para disputar la ronda previa de la Liga de Campeones.

Se preveía un año ilusionante, sin embargo, unas desafortunadas declaraciones en las que se alegraba públicamente de haber contribuido a la salvación del Sporting de Gijón y la mala relación con algunos pesos pesados del vestuario amarillo llevaron al presidente Fernando Roig a tomar la inesperada y difícil decisión de destituirlo a pocos días de la eliminatoria europea ante el Mónaco.

Fue el 10 de agosto de 2016 por medio de un escueto comunicado emitido por el club -que colapsó la página web oficial durante algunas horas- y enviado pasadas las once de la noche. Aquel fue el final de la prolífica etapa de Marcelino en el Villarreal y supuso un antes y un después en su relación con los dirigentes de la entidad villarrealense.

Este sábado, Marcelino volverá a sentarse en el banquillo del Estadio de la Cerámica, pero lo hará en el del equipo visitante. A buen seguro será una sensación extraña para él y también para la directiva del Villarreal.