La procesión de este domingo de la Patrona de la Ciudad contará con una novedad que a alguien podrá sorprender. La imagen de San Vicente Ferrer, venerada en la céntrica calle que lleva su nombre en Castelló, acompañará a la Mare de Déu del Lledó en su salida desde la Basílica. ¿Por qué?

El pasado día 5 de abril, pocas semanas antes del inicio de las fiestas del Lledó, comenzaba el Año Jubilar Vicentino concedido por la Santa Sede a las diócesis de Valencia, Segorbe-Castellón, Orihuela-Alicante y Tortosa. El motivo es la celebración del VI Centenario de la muerte de San Vicente Ferrer, patrono de la Comunitat Valenciana. El santo, nacido en Valencia, murió en Vannes de la Bretaña francesa el 5 de abril de 1419. Fue canonizado por el papa valenciano Calixto III en 1455 y desde 1594 es patrono del Reino de Valencia.

La celebración interdiocesana del Jubileo Vicentino, que se abrió el día de la solemnidad de San Vicente Ferrer de 2018 y se clausurará en la misma solemnidad de 2019, fue anunciada mediante una declaración conjunta de los obispos de las tres diócesis del Reino de Valencia y de la diócesis de Tortosa, de la que forman parte localidades del norte de la provincia de Castelló. Desean los obispos «que esta sea una ocasión para intensificar la predicación del Evangelio, centrar nuestras vidas en Jesucristo, y una oportunidad para que todo el pueblo de Dios conozca con mayor profundidad la figura de San Vicente Ferrer».

Comisión organizadora

Para la organización de este Año Jubilar ha sido creada una Comisión Interdiocesana, «que tiene como finalidad primera y principal promover e impulsar la renovación espiritual y pastoral del conjunto del Pueblo de Dios que peregrina en estas diócesis, a la luz de los valores evangélicos y humanos de la egregia y polifacética figura de San Vicente Ferrer». Igualmente, imploran los obispos la intercesión de San Vicente Ferrer, «predicador y apóstol incansable que evangelizó nuestras tierras», para este Año Jubilar Vicentino «en tiempos en los que urge, de modo especial, ser evangelizadores, secundando la llamada del Papa Francisco a una conversión que nos impulse a ser una ?Iglesia en salida».

La predicación del Santo en Castelló

Que San Vicente Ferrer estuvo predicando en Castelló, no hay ninguna duda. Que visitase a la Virgen del Lledó en su Santuario, es lo más probable y lógico. La presencia del santo en nuestra ciudad la descubren los documentos del Archivo Histórico Municipal y un extraordinario artículo de quien fue Cronista de la Ciudad, autor de la letra de los Goigs de Lledó y gran humanista, don Luís Revest Corzo ("San Vicente en Castellón". Boletín Sociedad Castellonense de Cultura. Tomo XXVI, octubre-diciembre 1950).

Relata el eminente historiador que en las primeras semanas de 1415 el Consell Municipal, a instancias del Síndico, pagó cinco sueldos al hostalero Bernat Frexinet «per obs de la provisió dels deixebles que menave lo molt honorable mestre Vicent Ferrer» (Llibre de Consells nº 20. Archivo Municipal de Castelló). El documento nos descubre por tanto el pago del alojamiento y sustento del santo y de los discípulos que lo acompañaban («que menave», o sea que éste conducía). En otros documentos se habla de la presencia del «reverent e molt sant hom maestre Vicent Ferrer». Precisa don Luís Revest que, tal como ocurre en la actualidad, los pagos no se realizaban de inmediato, sino que habitualmente transcurrían no sólo días sino incluso semanas, y aún meses. Por tanto es muy probable que el santo estuviera en la ciudad, en una primera ocasión, en 1414. También aquel año predicó en Borriol, Almassora, Vila-real y Nules, entre otras poblaciones de la comarca de la Plana.

La primera visita pudo producirse en abril, para la Cuaresma de aquel año. Probablemente regresó de nuevo a Castelló los días 22 y 23 de noviembre, cuando de paso hacía Valencia también visitó la ciudad y pernoctó el papa Benedicto XVI, el papa Luna.

Su recuerdo en la Basílica del Lledó

El santo no predicó en el interior de la iglesia de Santa María, que se encontraba en construcción después del incendio que la destruyó totalmente en 1331. Pudo hacerlo en la plaza de la Hierba, que era la plaza más próxima al templo y donde se encontraba entonces el edificio del Consell, o ayuntamiento.

El primitivo templo de Lledó, construido para albergar la pequeña imagen «hallada» de la Virgen, es ampliado ya en 1379, sustituyendo las cubiertas de madera por bóvedas de piedra y dotado con una portada de piedra de sillería. Cuando san Vicente Ferrer predica en Castelló no habían transcurrido ni cincuenta años de «la Santa Troballa», y entonces, como descubren los documentos de los archivos, confluían en el templo de Lledó rogativas y peregrinaciones de toda la comarca, siendo un punto de atracción religiosa, no ya local, sino incluso intercomarcal.

Es muy probable que el santo apóstol valenciano, dado su profundo amor por la Virgen, visitase la iglesia de Madona Sancta María del Lledó como se la conoce en los documentos de la época , tal como recoge la obra de Sánchez Gozalbo.

El recuerdo del santo valenciano se guarda en Castelló en la capilla de los Santos Patronos de la Concatedral, junto a la Virgen del Lledó y San Cristóbal; en la parroquia que lleva su nombre en la plaza de Fadrell, en el altar de San Vicente de la basílica del Lledó, donde se venera una reliquia del santo y en mi calle de San Vicente, que lo festeja cada año y que desde hace más de cien años lleva el nombre del patrono del Reino de Valencia.