El entorno de la avenida Gran Vía de Castelló ha perdido uno de sus «masets» simbólicos. Años atrás acogió una guardería. Cesó su actividad hace más de una década y el inmueble se encontraba abandonado.

El Ayuntamiento de Castelló ha concedido licencia de derribo a su propietario y desconoce qué planes se llevarán a cabo en el lugar. La demolición ya se ejecutó esta semana. La edificación reunía las características típicas de un tradicional «maset» de la primera mitad del siglo XX. Este tipo de arquitectura permanece en Gran Vía y en los alrededores de la avenida Vila-real. Estos «masets» construyeron como espacios de veraneo de la antigua burguesía castellonense. El edificio afectado sirvió de guardería para las generaciones que ahora rondan los 50 años. En su fachada mantenía el nombre de «parvulario Jardilín».

Estaba fuera del catálogo de protección patrimonial al adolecer, según los técnicos municipales, de un valor arquitectónico importante, de ahí que el consistorio haya concedido la orden de demolición. En el caso de desarrollarse otra edificación, el propietario deberá respetar la clasificación del suelo de residencial unifamiliar. También se pueden llevar otros usos, como podría ser una guardería, pero respetándose los niveles de volumetría y altura que marca el ordenamiento urbanístico.

Tristeza en los exalumnos

La desaparición de «Jardilín» ha causado tristeza entre vecinos del entorno y, especialmente, en antiguos alumnos. Al margen de su categoría arquitectónica, conservaba un valor simbólico ya que su parvulario educó en la niñez un buen número de castellonenses. «Tristes momentos, aunque esperamos que sea para proyectos mejores, ya que ahí pasamos los primeros años de nuestro aprendizaje educativo junto a inolvidables amigos-as y compañeros-as», afirma un vecino en la red social de Facebook en el perfil de una usuaria que colgó la foto de los trabajos de derrumbe. «Luego nos quejamos que en Castelló no hay historia y nada que ver. Menos preocuparse por una puñetera Cruz en un parque y más por el patrimonio antiguo», señala otro castellonense. «Qué pena». Este comentario se sucedió en la citada red social.

«Que penita...Mientras no nos metan un piso de ocho plantas delante», indicaba otra persona, aunque, tal como expone el planeamiento, si se lleva a cabo una intervención urbanística será un unifamiliar.

Otra zona que preserva un buen número de «masets» históricos es el barrio de Crèmor. La Conselleria de Cultura ha instado al ayuntamiento a estudiar la posibilidad de proteger dichos inmueble. Desde el equipo de gobierno subrayan que analizarán la recomendación de la administración autonómica, aunque ya señalaron que, en cualquier caso, la protección o no de algunos de los 15 «masets» que defiende la asociación vecinal no afectará al diseño planteado para el barrio en el Plan general Estructural, que se encuentra en fase de resolución de alegaciones y que es uno de los documentos, junto al futuro Plan de Ordenación Pormenorizada, que deberá dar salida al nuevo Plan General de la ciudad.