Pilar Beltrán es una artista nacida en Castelló en 1969. Su vida está marcada por los viajes lejos de su lugar origen para completar sus estudios de Bellas Artes. Tras finalizar su licenciatura, se trasladó a Polonia y, más tarde, a Inglaterra. Ahora, la expositora articula «entramats», una obra que se basa en el concepto del tejido ligado al textil como labor femenina y como estructura social, política y afectiva. La exposición se encuentra en la sala San Miguel de la Fundación Caixa Castelló.

La muestra de Beltrán recoge su trabajo actual con otros anteriores que cuestionan problemáticas mundiales como la emigración, las condiciones laborales o la crisis de los refugiados: «Esta muestra enlaza con el trabajo que ya he ido realizando anteriormente y tiene que ver con las migraciones y la identidad. Se ha ido uniendo lo que es identitario y el estar en un momento dado en algún sitio. Se intenta hablar de la migración desde un núcleo cercano a la provincia». El trabajo de la artista está relacionado con su lugar natal y el lugar de residencia en el que una persona se puede encontrar en un momento dado.

La castellonense ha pasado mucho tiempo «lejos de los suyos» debido a sus viajes al extranjero. Esto provoca que la inspiración de sus trabajos giren entorno al sentimiento de pertenencia y la reivindicación de la identidad. Ahora, con su exposición, pretende generar sentimientos en la sociedad: «Es una declaración de principios. Habla de derechos humanos o de la situación de la mujer. La exposición demanda empatía y posicionamiento. Pasan cosas, hay que verlas y actuar». «Trata varios temas relevantes desde un punto de vista lejano al lugar de los hechos, pero cercano al de la experiencia», añade.

La distribución de la sala San Miguel se fundamenta en capillas que ofrecen una visión aislada de una sucesión de piezas que van cobrando sentido a medida que se va avanzando. «Son cinco apartados. Cada capilla te cuenta una historia. Está ordenada también en base a la arquitectura del edificio. Se obliga al espectador a reflexionar y atar él mismo los cabos», destaca la autora. Las cinco estaciones son: La fábrica de las mujeres, Comité local de refugiados, Zona gris, Contenedor y Rumores. «Algunas obras tienen protagonistas femeninas y gracias a su mirada se va tejiendo una reflexión. De ahí el título de la exposición, todo hace referencia a la compleja red de relaciones que nos rodean. Hay que seguir tirando del hilo y solucionar los problemas», sentencia Beltrán.