El nuevo catálogo de Patrimonio Arquitectónico que recoge el Plan General Estructural de Castelló amplía el nivel de protección a 243 inmuebles de la ciudad por su valor histórico y artístico.

El documento se encuentra en exposición pública y su objetivo es garantizar la conservación de los elementos arquitectónicos singulares de Castelló. El equipo de gobierno municipal tramita la redacción del catálogo dentro de los trabajos de revisión del Plan General de Ordenación Urbana. Con independencia de la calificación del suelo, la normativa establece una serie de niveles de protección sobre los edificios, elementos y espacios arquitectónicos que se consideren de interés. Alberga cuatro niveles de protección: integral, parcial, ambiental y tipológica.

La protección integral incluye los bienes y conjuntos que deben ser conservados íntegramente «por su carácter singular o monumental y por razones históricas y artísticas, preservando sus características arquitectónicas originarias», según el indica el documento. Gozan de esta protección los bienes declarados de Interés Cultural y de Relevancia Local. Solo podrán ser objeto de rehabilitación por cuestiones de mantenimiento y para mejorar su accesibilidad. Tienen consideración de BIC el parque Ribalta, plaza Independencia y plaza Tetuán, Llotja del Cànem, Palacio Episcopal, ayuntamiento, Concatedral, Fadrí, Ermitorio de la Magdalena y Castell Vell y la Torreta de Alonso.

Disponen de categoría de Bien Relevancia Local la Basílica de Lledó, el convento de las Capuchinas, las ermitas de Sant Francesc de la Font, San Isidro de Censal, San Jaime de Fadrell, San José de Censal, Sant Roc de Canet, las iglesias de la Purísima Sangre, San Agustín, San Miguel, San Nicolás de Bari, Sagrada Familia, San Vicente Ferrer y el monasterio de las Carmelitas.

El consistorio pide incluir en el grupo de Bienes de Relevancia Local al núcleo histórico-tradicional, el parque Ribalta, las iglesias de la Trinidad, Nuestra Señora del Carmen y Virgen de la Soledad, la ermita de la Font de Salut y la chimenea industrial de la antigua fábrica de Diago. También propone catalogar en dicho nivel al cementerio de San José, Casa Matutano, Centro de Cultura, diputación, Casa de Huérfanos, Casa del Baró de la Pobla, el Carreró del Pes de la Farina (o Ecce Homo), el Teatre Principal, el IES Francisco Ribalta, Correos, la Iglesia de Sant Pere, el cobertizo del puerto y el Primer Molí.

La protección parcial incluye las construcciones que deben ser preservadas por su valor histórico y artístico, señala el proyecto, «al menos en parte, preservando los elementos definitorios de su estructura arquitectónica». En los mismos se aceptaran obras de que respeten los valores catalogados o que supongan la retirada de acabados superficiales. También se podrá llevar a cabo un vaciado interior del inmueble cuando así se justifique técnicamente. Con este nivel se encuentran viviendas particulares con una singularidad arquitectónica e histórica.

La ambiental comprende los elementos que, según el catálogo, «contribuyen a definir un ambiente valioso por su belleza, tipismo o carácter tradicional, aun sin presentar en sí mismos un especial valor artístico o arquitectónico. Permite reformas de fachadas cuando las calidades de los elementos constructivos fueran deficientes. Por último, el nivel de protección tipológico integra los inmuebles que «contribuyen a destacar un sistema tipológico concreto o una técnica constructiva tradicional, aunque no presenten un especial valor.

Petición de los arquitectos

El colegio de arquitectos de Castelló propuso hace un año al ayuntamiento la aprobación del catálogo al margen del PGOU y advirtió que al anulación del Plan General de 2000 podía dejar sin efecto dicha protección. El consistorio respondió que la invalidez del PGOU no extingue los efectos del catálogo y que a través de la Ley del Patrimonio Cultural existen procedimientos que salvaguardan el patrimonio con independencia del del planeamiento.