El Plan de Usos del Parque del Pinar de Castelló, ratificado definitivamente por el pleno tras su periodo en exposición pública, realiza un diagnóstico demoledor del impacto ciudadano sobre el pulmón verde de la ciudad, pero aporta también algunas claves sobre los aspectos a mejorar para mitigar ese perjuicio sin dejar de ser un punto de encuentro de los castellonenses.

Entre las conclusiones del estudio se destaca por ejemplo que el recinto público, unas 13,5 hectáreas, no tiene ningún tipo de cierre en sus diferentes puertas de acceso, por lo que incide en que «sería conveniente recuperarlo para poder cerrar el parque tanto por la noche como se producen caídas de pinos o se anega». En el trasfondo de esta planteamiento está un diagnóstico que deja en mal lugar a algunos usuarios del lugar y la falta de control que puede haber por la noche.

El ayuntamiento insiste en que tiene especial interés es mantener y mejorar este espacio, así como asegurar su continuidad», pero reconoce que «los últimos años ha habido una presión muy fuerte por parte de usuarios, principalmente los fines de semana veraniegos, donde se puede concentrar mucha gente».

La presión humana, según recoge el estudio, se transmite hacia la flora y fauna del parque, hasta el punto de que «se encuentran a menudo árboles y arbustos a los que se han arrancado ramas para quemarlas en los paelleros» e incluso «ardillas muertas».

El uso de estos paelleros es también motivo habitual de problemas entre particulares, por lo que se pide a los usuarios que se cedan los turnos en riguroso orden de llegada, aunque es complicado hacerlo cumplir si no hay nadie vigilando. De hecho, uno de los aspectos que también se recoge es la opción de aumentar la presencia policial en momentos de mayor presencia de visitantes.

El Pinar es también punto de elegido para practicar deporte, pero se recuerda que no está permitido el uso de vehículos deportivos como bicicletas o patines a no ser que haya una actividad autorizada que implique su uso. Y a los corredores, se les recuerda que deben ir por los caminos que atraviesan El Pinar para no dañar un sotobosque especialmente perjudicado durante todos estos años.